La semana pasada, la ministra del Trabajo Jeannette Jara (PC) se llevó todos los aplausos, tras la aprobación en la Sala del Senado del proyecto que rebaja la jornada laboral a 40 horas y al que, sin embargo, le queda un tercer trámite en la Cámara Baja sobre el que no existe duda de que se realizará con fluidez. Y tal como espera el Gobierno poder festejar el 1 de mayo con una ley largamente esperada. No obstante, el desafío más importante de la secretaria de Estado es la reforma al sistema de pensiones, donde tendrá que recurrir a toda su muñeca negociadora para llegar a un punto medio que satisfaga tanto al oficialismo como a la oposición para que avance en el Congreso y vea la luz antes de que termine el mandato del presidente Gabriel Boric.
Y para cumplir ese objetivo la palabra clave es “ceder”. En el oficialismo, la mayoría trata de esquivarla por el sentido peyorativo que se le confiere en política, así es que se habla de “búsqueda de acuerdos” y “mucho diálogo”, términos que definen el trabajo que la ministra Jara hace en el Congreso, pero que aún no ha dado frutos en materia de pensiones. Aunque en la oposición tienen una buena impresión de la ministra, insisten en que en la tramitación de la reforma todavía no ha mostrado la misma apertura que en materia de 40 horas.
Mientras que en un sector del oficialismo prefieren no hacer comparaciones, porque, según confidencian en privado, el proyecto de las 40 horas verá la luz porque goza de gran popularidad y la oposición se allanó a conversar porque la iniciativa “se transformó totalmente”, consiguiendo todo lo que exigía para aprobarlo. Algo que admiten en Chile Vamos, donde tienen la esperanza de que la ministra opte por sacar adelante la reforma previsional llegando a acuerdos con el sector en vez de dejarla estancada, para responder a las expectativas de su partido.
Resulta paradójico que Jara sea una de las ministras más queridas y respetadas transversalmente, aunque en su sector les cueste más comprender algunas decisiones, lo que se debería a que para realizar su labor despliega toda la inteligencia emocional de que hace gala y que es reconocida por moros y cristianos; pero también su preparación en los temas de su competencia, ya que estudia los proyectos y –según algunos parlamentarios– no depende de sus asesores, lo que facilita que saque adelante algunos proyectos, como en el caso de 40 horas.
La imagen que se tiene de la titular de Trabajo en el Congreso es que es una política pragmática, con capacidad de escuchar, convocante y dialogante, que entiende que para cumplir su cometido habrá momentos en los que tendrá que ceder. Eso es, justamente, lo que espera la oposición para avanzar en el tercer intento de darle un nuevo sistema de pensiones a Chile. Con esa finalidad se habría organizado una reunión entre representantes de Chile Vamos y Jara para la semana que viene. Aprovechando el vuelito de los frutos que dio el diálogo para el proyecto de 40 horas, en la oposición esperan abrir una conversación directa con la ministra, que se negaron a tener en la Mesa Técnica Previsional.
¿La carta que la oposición tiene bajo el brazo? Que la ministra está consciente –aseguran en el sector- de que sin los votos de Chile Vamos la agenda legislativa no avanza y en ello está incluida la reforma de pensiones y que el sector tiene una serie de exigencias para respaldar.
Capital político para pensiones
En el oficialismo están convencidos que avanzar en la reforma de pensiones será difícil. A pesar de que en el sector tienen la convicción de que la ministra se jugará todo el capital político que ha ido acumulando durante el primer año de Gobierno y que tiene todas las capacidades para sacar adelante la propuesta.
Consultado uno de los senadores del Socialismo Democrático que ha sido un aliado permanente de la secretaria de Estado e integrante de la Comisión de Hacienda, el PPD Ricardo Lagos Weber, acerca de lo que viene en materia de pensiones para la ministra comunista, señaló con optimismo que “la ministra Jara reúne varias condiciones que allanan su tarea: escucha, tiene habilidades blandas y busca conseguir resultados” e incluso agrega que “creo que es uno de los mejores cuadros del PC”.
Desde el Partido Socialista, el senador Gastón Saavedra, quien integra la Comisión de Trabajo, no comparte que el oficialismo haya cedido más que la oposición en el proyecto de 40 horas y, en cambio, aseguró que la ministra “hizo un gran trabajo, aplicó todo su conocimiento y fue capaz de entender que hay que dialogar y llegar a acuerdos” para que un proyecto concite el respaldo de todos los sectores y que en este caso particular “todas las partes cedimos en beneficio de un interés mayor para el mundo del trabajo”.
A partir de lo ocurrido la semana pasada, el senador socialista sostiene que el capital político de la ministra debe estar al servicio del bien común y, en este sentido, parte de la base que todos los sectores están de acuerdo en que Chile necesita un sistema de seguridad social mixto, lo que espera de la ministra que “avance en acuerdos para alcanzar el propósito que se busca con el proyecto de pensiones”.
Desde la vereda del frente, el jefe de la bancada de diputados de Renovación Nacional (RN) e integrante de las comisiones de Hacienda y Trabajo, Frank Sauerbaum, ha sido una verdadera pesadilla para los ministros en esas instancias; sin embargo, asegura que tiene una buena relación con Jara, porque “tiene buen trato y así es fácil conversar y abrir la puerta para llegar a acuerdos”, que se podrían materializar –enfatiza- si la ministra aborda la reforma de pensiones como lo hizo con el proyecto de 40 horas.
No obstante, cree que el “el principal problema de la ministra es su propio sector”, aludiendo a Apruebo Dignidad e incluso a algunos representantes del Socialismo Democrático que han mostrado un comportamiento más intransigente. Pese a eso, el diputado opositor confía en que debido a que “ella es muy práctica, aunque tiene un fuerte componente ideológico, si sigue en esta senda podría sacar la reforma”.
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