Tras plantar millones de árboles, crecen las críticas al plan de Nueva Zelanda para detener el calentamiento global
La política ha disparado los precios de la tierra, asfixiando a la industria ganadera, y las grandes acumulaciones de tala han aumentado los daños durante las inundaciones, mientras surgen dudas sobre su efectividad para compensar las emisiones de largo plazo ligadas a los combustibles fósiles.