La caída del euro alcanza en la sesión de hoy una barrera psicológica: los US$ 1,1747 con los que comenzó a cotizar en su estreno, en enero de 1999. Hacía cinco años que la divisa comunitaria no se situaba por debajo de este umbral.
Los descensos desinflan su cotización hasta los 1,172 dólares. Amplía así el correctivo que ya sufrió en 2014, cuando perdió un 12% frente al dólar, su mayor descenso anual desde 2005.
La elección del euro como una de las más claras apuestas bajistas para 2015 se basaban en gran medida en los rumbos casi opuestos de las políticas monetarias en la eurozona y en Estados Unidos.
Mientras la Reserva Federal ultima para los próximos meses un primer ajuste al alza en los tipos de interés, el Banco Central Europeo podría anunciar la próxima semana la puesta en marcha del esperado programa de compra de deuda soberana.
Uno de los últimos obstáculos para el lanzamiento de estas compras se ha despejado en la jornada de hoy. La justicia europea dio el visto bueno provisional al programa de compras directas de deuda pública que el Banco Central Europeo anunció en verano de 2012.
Las previsiones de los analistas incluyen la posibilidad de que el BCE anuncie la puesta en marcha de estas compras en su próxima reunión, que se celebrará en apenas una semana, el 22 de enero.
La entrada en tasas negativas de la inflación en la eurozona aceleraría los plazos de intervención previstos por el BCE, con el objetivo de acercar el IPC a sus objetivos, próximos al 2%.
Las perspectivas de un repunte de la inflación chocan con el creciente desplome del petróleo, y con las débiles previsiones de crecimiento en la eurozona. Hoy mismo el Banco Mundial ha recortado sus estimaciones de PIB para 2015 y 2016, debido, sobre todo, al freno en la eurozona, en Japón y en varias de las principales economías emergentes.