Rally del peso chileno y de los bonos podría tocar techo
Un modelo del peso basado en sus relaciones comerciales con ocho divisas sugiere que el peso vuelve a estar en línea con sus pares. Incluso podría estar ligeramente sobrevalorado.
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Los inversionistas extranjeros hicieron una gran apuesta contra el peso chileno en el segundo semestre del año pasado. Ahora que la moneda ha tenido un desempeño claramente mejor que sus pares de mercados emergentes, han estado reduciendo esa jugada.
Las cuentas en el extranjero recortaron su posición corta neta en pesos en un 93% desde el máximo alcanzado a fines de septiembre, o más de US$9.600 millones, según datos del Banco Central.
No está claro si eso lo explica o si fue consecuencia del fortalecimiento del peso frente al dólar. Sea como fuere, el repunte de la moneda ha alimentado las expectativas de que la inflación se desacelerará bruscamente a medida que disminuyan los costos de importación, allanando el camino para recortes en las tasas de interés. Esto, a su vez, ha impulsado un repunte de los bonos. Pero tanto el rally del peso como el de los bonos pueden estar tocando techo.
“Viendo la curva del peso, tenemos la impresión de que tiene algunas condiciones peligrosas”, dijo Hugo Osorio, socio y jefe de inversiones de la multifamily office Portfolio Capital. “No tiene mucho sentido estar en la deuda en pesos en este momento”.
El fortalecimiento de la divisa se ha visto impulsado por las expectativas de que la Reserva Federal reduzca pronto el ritmo de alzas de las tasas de interés, pero también por factores locales, como el rechazo de una nueva Constitución en un plebiscito en septiembre. Prueba de ello es que el índice del dólar de Bloomberg ha caído un 8,3% desde fines de ese mes mientras que el peso se ha apreciado un 18% frente a la moneda estadounidense.
“Hay gente que piensa que estamos entrando en un nuevo ciclo y que el peso podría llegar a $700, mientras que otros ven esto como un repunte transitorio”, señaló Osorio. “Nosotros estamos más en línea con estos últimos”.
Un modelo del peso basado en sus relaciones comerciales con ocho divisas —incluido el won surcoreano, que tiene una correlación extrañamente estrecha con la moneda chilena— sugiere que el peso vuelve a estar en línea con sus pares. Incluso podría estar ligeramente sobrevalorado.
Por otra parte, algunos inversionistas pueden estar subestimando los desafíos que se avecinan para la economía chilena.
La moneda cayó a un mínimo histórico en julio del año pasado, en el momento en que la convención constituyente terminaba de redactar el boceto de una Constitución. Y aunque los votantes rechazaron la Carta, Chile aún planea un nuevo proceso constitucional, y se avecinan meses de disputas políticas justo cuando se espera que la economía entre en recesión.
“El ambiente es demasiado optimista”, afirma Osorio. “El equilibrio actual es extremadamente inestable”.