Con el inicio de la temporada de juntas ordinarias de accionistas, que se realizan principalmente entre marzo y abril, las empresas enfrentan el desafío de seleccionar a los perfiles que integrarán sus mesas directivas.
En conversación con DF, el director del Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad del ESE Business School de la Universidad de los Andes, Alfredo Enrione, sostuvo que el panorama global ha generado incertidumbre en las mesas directivas.
“Con el cambio de agenda política en Estados Unidos, las compañías han estado dando pie atrás en temas como la sostenibilidad bajo criterios ESG. Eso ha generado desconcierto, confirmando las convicciones de los escépticos y frustrando a los entusiastas”, advirtió.
“En Chile algunos casos muy célebres han tenido un gran impacto operativo. Las regulaciones van de la mano de un escándalo financiero”.
En Chile, agregó, la situación está por definirse. “Se va a testear un poquito la convicción, de si las empresas simplemente lo estaban haciendo por quedar bien con la tendencia política o por un tema de convicción”, sostuvo.
- ¿Cómo se asegura que la sostenibilidad sea un compromiso genuino de los directorios y que no esté sujeta a la agenda del Gobierno de turno?
- Existen dos razones por las cuales los directorios pueden comprometerse con la sostenibilidad. La primera es por convicción, es decir, creer que es un principio correcto, necesario y beneficioso para la empresa.
La segunda razón es estratégica, ya que la sostenibilidad tiene sentido desde una perspectiva de negocio.
Si existe una convicción en ambos frentes, el compromiso con la sostenibilidad se mantendrá de forma orgánica, sin necesidad de presión política. Incluso, podría resistir cambios del Gobierno de turno que intenten ir en la dirección contraria.
- ¿Estas convicciones están presentes en los directorios chilenos?
- Hay muchas dudas. Nuestro último estudio tiene dos hipótesis. La primera es que las empresas estaban haciendo cosas por presiones externas y no por convicción. Y la segunda hipótesis es que muchas veces estas creencias vienen de los niveles más bajos en la organización, de gente más joven.
Pero a nivel del directorio no existe una convicción consolidada. Hay gente que cree y que lo empuja y otros son muy escépticos. Y esto no es irracional, sobre todo cuando uno empieza a escuchar que por ejemplo, compañías en EEUU están retrocediendo y deshaciendo el camino andado.
- ¿Qué tendencias está observando en los directorios de cara a las juntas de accionistas?
- Vamos a seguir viendo preocupación por la incorporación de mujeres. Está por verse si este año se avanzará con fuerza o será como el año pasado, cuando se perdió impulso. En 2024, ingresaron muchas mujeres a usar una silla directiva, pero fue en reemplazo de otras mujeres, no de hombres.
Una segunda preocupación, a propósito de los cambios tecnológicos, es traer miembros de directorio que tengan este expertise. Esto lleva un tiempo como tendencia, pero se va a intensificar la búsqueda de estos perfiles.
- ¿La necesidad de buscar personas con conocimientos tecnológicos abre espacio para la diversidad en cuanto al rango etario de los directorios?
- Sí, definitivamente. Hoy existen muchas exigencias, y creo que en algún momento se van a tener que relajar esas condiciones, y esto va a apuntar a aquella gente más joven ingrese.
Pensar parecido y ponerse de acuerdo
- ¿Qué riesgos identifica para los gobiernos corporativos actualmente?
- Hay un riesgo asociado a la homogeneidad social y cultural de los directorios, porque, independiente de si son hombres o mujeres, vienen de los mismos mundos y, por lo tanto, al pensar parecido les cuesta muy poco ponerse de acuerdo.
Una segunda amenaza está relacionada con la velocidad del cambio tecnológico. Si la transformación en las tecnologías y modelos de negocio es demasiado acelerada, los directores podrían no detectarla a tiempo ni adaptarse con la rapidez necesaria, lo que haría inevitable un recambio en la dirección.
- ¿En cuánto a la sucesión, cuáles son los desafíos?
- La tarea más importante que tiene un directorio es asegurar que la compañía tenga el liderazgo correcto y, en ese sentido, garantizar sucesiones, anticiparse y prepararse para cuando haya un recambio. Hemos hecho varios estudios que nos muestran que en Chile dos tercios de las compañías grandes no están preparadas para una sucesión, por lo tanto, existen desafíos.
Escándalos y regulación
- ¿Cómo han afectado al sector empresarial los escándalos financieros del último tiempo en Chile?
- Si se analiza a nivel mundial, donde hay más escándalos de esta naturaleza es EEUU porque hay una prensa muy atenta, una cultura de escandalizarse y activismo de los inversionistas institucionales.
En América Latina, Chile es de los países con más escándalos. Y justamente porque tiene una prensa sofisticada, inversionistas institucionales robustos y por un regulador (Comisión para el Mercado Financiero) que es un ejemplo dentro de la región.
Pero esto ocurre no porque seamos más escandalosos o corruptos que otros países, sino porque tenemos un sistema que lo amplifica y que reacciona. En Chile algunos casos muy célebres han tenido un gran impacto operativo. Las regulaciones van de la mano de un escándalo financiero.