El Banco Central Europeo (BCE) decidió mantener la tasa en 4%, el nivel más alto de
los últimos seis años. Esta decisión responde a la persistencia de una inflación
históricamente alta y al incremento de las tensiones en el mercado de dinero.
El presidente de la entidad, Jean-Claude Trichet, reiteró la
preponderancia que tiene la lucha contra las tensiones inflacionistas. De nuevo, el BCE se desmarca del camino que
inició la Reserva Federal (Fed) el pasado septiembre cuando comenzó su racha
bajista en los tipos de interés, del 5,25% en el que se encontraban las tasas
de referencia en ese momento se ha llegado al 2,25% a día de hoy.
Con esta decisión, el BCE también se desliga de la determinación
del Banco de Inglaterra (BoE) de bajar los tipos en un cuarto de punto, del
5,25% al 5% tal y como esperaban los analistas.
Los expertos, por lo tanto, parecen haber acertado en las
quinielas que presagiaban un recorte en las tasas por parte del BoE y el
mantenimiento en el 4% de los tipos de interés en la eurozona.
El Banco Central Europeo no mueve ficha. Prefiere mantener,
una vez más, los tipos tal y como están puesto que no existe aún una evidencia
sólida de que la eurozona esté entrando en un camino que le lleve a una recesión
y, sin embargo, continúa habiendo tensiones inflacionistas que impiden una
rebaja en las tasas de referencia.
Margen de bajada
Pese a que, según el último informe del Fondo Monetario
Internacional (FMI) que rebajaba el crecimiento de la eurozona en 2008 hasta el
1,4% -lo que favorecerá una progresiva moderación de la inflación y un mayor
margen de maniobra para que el BCE puede rebajar los tipos de interés- el
organismo presidido por Jean-Claude Trichet ha decidido mantener la estrategia
que comenzaba en junio del año pasado. Desde esa fecha, el Banco Central
Europeo ha dejado invariado el precio oficial del dinero invitando, sea dicho
de paso, a los inversores a inclinarse por el euro en el mercado de divisas en
detrimento del dólar. Varios récords ha marcado la moneda única desde que se
iniciara un periodo de desaceleración económica en EEUU y temores sobre una
posible recesión.
Desde la reunión de la entidad monetaria a comienzos de
marzo, las tensiones en los mercados de dinero se han intensificado, hay más
claridad sobre que EEUU está en recesión y el euro se ha apreciado con fuerza.
En enero, el consejo de gobierno del BCE manifestaba su
disposición a aplicar un movimiento restrictivo en su política monetaria y en
febrero se dirigió hacia una posición neutral, que fue confirmada al mes
siguiente.
En marzo la entidad monetaria destacó la existencia de
"fuertes presiones al alza sobre la inflación", por lo que truncó las
expectativas de bajadas de tipos de interés y llevó al euro a un nuevo récord.