Las dos trabas del Open Banking en Chile: protección de datos personales y ciberseguridad
En la industria destacan que el potencial de liberar los datos financieros provocaría una mayor inclusión financiera puesto que los bancos deberían ser más competitivos.
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El Ministerio de Hacienda está decidido en avanzar a implementar el Open Banking en el país a objeto de mejorar la competitividad del sistema financiero y proveer mejores servicios y productos a los usuarios. Al interior de Teatinos 120 indican que el entusiasmo surgió luego de la implementación de la portabilidad financiera.
Para entender qué es Open Banking, la auditora EY lo define como "un conjunto de estándares comunes donde los participantes autorizados pueden acceder a un conjunto definido de datos financieros del consumidor con el consentimiento del cliente, utilizando canales seguros, para acceder a una gama más amplia de productos y servicios financieros".
Muestra del interés por desarrollar el Open Banking en el país, es que Hacienda encargó una asesoría a Rosario Celedón y Ana María Montoya para que elaboren una propuesta legal que incorpore este elemento.
El ministro de Hacienda, Ignacio Briones, señaló a inicios de noviembre que el objetivo de impulsar el Open Banking es "inyectar más competencia en el sector financiero, promover la entrega de servicios financieros innovadores y centrados en las necesidades de los clientes, los que podrán contar con un mayor control de su información financiera, y de esta manera manejar de mejor forma sus finanzas, a menores costos y con mejores servicios".
Cercanos a Hacienda detallan que la idea es que "la banca tenga criterios unificados en materia informática mediante el establecimiento de una arquitectura abierta que permita a otras empresas a conectarse a sus plataformas para recibir la información del cliente cuando dé la autorización".
Agregan que de esta manera los consumidores y las empresas podrán contar con una forma segura de dar acceso a su información financiera a nuevos proveedores de productos y servicios, a través de la apertura e integración de plataformas y sistemas de información de las instituciones financieras.
No obstante, reconocen que el desafío no es menor y que existen dos iniciativas legales que deben estar presentes antes de avanzar en Open Banking: protección de datos personales y ciberseguridad en el sistema financiero.
Respecto al proyecto de ley de Protección de Datos Personales, en la secretaría de Estado mencionan que se debiera reactivar la discusión parlamentaria. La iniciativa fue ingresada durante la administración de Bachelet II y que continuó siendo trabajada por el actual gobierno, está a la espera de ser revisada por la comisión de Hacienda del Senado.
La comisión de Constitución de la Cámara Alta despachó el proyecto hace más de nueve meses y el senador (PPD) Felipe Harboe ha pedido al Ejecutivo que acelere su tramitación.
En Hacienda mencionan que el proyecto incorpora estándares internacionales sobre protección de datos y además, entrega certeza a las personas sobre el almacenamiento de su información y cómo debe ser tratada por el mercado, permitiendo generar oportunidades de negocios dentro de un ámbito regulado. De ahí, la importancia de que este proyecto sea despachado antes que el Open Banking entre al Congreso.
El segundo elemento al que apuntan en Hacienda es la necesidad de contar con un marco jurídico que establezca medidas de ciberseguridad para el sector financiero. Sobre esta materia, si bien destacan que la Comisión para el Mercado Financiero ha avanzado para que los actores del mercado mejoren sus estándares informáticos, es necesario dictar una ley que entregue directrices al ser considerado un sector crítico.
Mejora la inclusión financiera
En un informe publicado el mes pasado sobre inclusión financiera en Chile, que fue elaborado por Accenture y País Digital, la firma destacó que "el desarrollo de Open Banking permite liberar las restricciones donde el acceso a los servicios financieros está sujeta a infraestructura".
El estudio resaltó que el Open Banking "impulsa la generación de un sistema en el que los datos de las instituciones financieras son compartidos por usuarios y desarrolladores externos, a través de APIs y, con ello, la creación de nuevos negocios y ecosistemas digitales, ampliando la oferta de valor de los servicios ofrecidos por las organizaciones tradicionales de la industria financiera".
Indicó que el Open Banking "permitirá entregar los mejores servicios o productos financieros para el usuario según sus necesidades, siendo el usuario dueño de sus datos y a través de diversos servicios y proveedores, pueda tomar de manera informada mejores decisiones sobre su salud financiera, actual y futura".
Añadió que la instauración de Open Banking "resulta en efectos inmediatos, no sólo en la competitividad de la oferta de productos y servicios financieros en el corto a mediano plazo, sino también, gracias al uso intensivo de los datos, en una mejora transversal en todos los aspectos de la inclusión financiera de nuestra sociedad".