Uno de cada tres chilenos presta su cupo crediticio a un familiar o pareja, según encuesta
Sondeo a 500 personas hecho por Destácame evidenció que un 83% de los consultados tuvo una mala experiencia al realizar esta práctica.
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Solicitar créditos para un tercero o prestar parte del cupo de la tarjeta de crédito a otra persona se está haciendo cada vez más frecuente en el mercado chileno, concluyó un sondeo realizado por la fintech Destácame.
La encuesta se realizó a un total de 500 personas. De ese universo, un tercio respondió que ha solicitado un préstamo a un tercero o prestó su plástico.
La jefa de Bienestar Financiero de Destácame, Javiera Martínez, detalló que las parejas (35%), amigos (29%) y familiares (21%) son los principales destinatarios de los créditos solicitados para terceros.
La experiencia de prestar el cupo de la tarjeta, en su mayoría había fue negativa: el 83% declaró que no lo volvería a hacer, argumentando que cayeron en mora por el impago de terceros, afectando su propio historial de pagos.
Entre quienes tuvieron una mala experiencia, un 58% afirmó que la otra persona no les devolvió el dinero y, un 57% declaró haber caído en mora por esta deuda.
Para Martínez, esta situación es “es algo muy preocupante ya que se genera un ciclo negativo en torno a la deuda, a temprana edad, que en muchas ocasiones podría evitarse con un mejor manejo de finanzas personales y mayor conocimiento de los riesgos que conlleva pedir créditos para terceros a nombre personal”.
Dentro de los rangos de edades, la mayoría de los casos ocurren entre los 25 y los 34 años.
Martínez indicó que “al ser más jóvenes, en muchos casos están recién entrando al sistema financiero y aún no han vivido esas experiencias negativas. Se podría decir que pecan ‘de buena fe’. También, tienen probablemente sus primeros cupos y oferta de tarjetas o préstamos que se van reduciendo en el tiempo a medida que se van endeudando más por motivos personales”.
Las mujeres lideran esta tendencia por sobre los hombres, principalmente piden dinero a un banco para familiares y parejas.
“Cuando la familia necesita recursos, son las mujeres las que tienen acceso, pero luego dependen de la responsabilidad de quién se vio en la necesidad”, apuntó Martínez.
Esta práctica “se da porque el tercero no tiene acceso a productos financieros, ya sea por nivel de ingresos, historial negativo, estabilidad o formalidad”, agregó.
Los riesgos
Para la ejecutiva, prestar dinero mediante un préstamo o el cupo de la tarjeta de crédito para un tercero, es un riesgo elevado ya que puede traer como consecuencia caer en mora y quedar con historial negativo en el sistema financiero.
Cabe recordar que a nivel local se está discutiendo en el Congreso un proyecto de ley que crea un registro consolidado de deuda que permitirá visualizar las deudas que están al día y con mora.
Martínez indicó que en otros países las personas con poca información o peor historial financiero, “tienen igualmente acceso al crédito, pero a tasas más altas según su score crediticio”.