Continúa el avance de la implementación de Basilea III. La Comisión para el Mercado Financiero (CMF) informó este martes la publicación de dos cuerpos normativos, como parte del proceso de adopción de los nuevos estándares regulatorios para la industria bancaria.
Estas dos normas definen los requisitos y condiciones mínimas que deben satisfacer las acciones preferentes y los bonos sin plazo fijo de vencimiento del artículo 55 bis de la LGB (Capítulo 21-2 de la RAN); y los requisitos y condiciones mínimas que deben satisfacer los bonos subordinados del artículo 55 de la Ley General de Bancos (Capítulo 21-3 de la RAN).
"Esta regulación implementa las modificaciones realizadas a la Ley General de Bancos, en línea con el último acuerdo del Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (Basilea III), permitiendo incorporar al sistema bancario las mejores prácticas internacionales. Estas versiones recogen los comentarios recibidos de la industria durante el proceso de consulta pública y, en el caso de la norma de acciones preferentes y bonos sin plazo de vencimiento, tal como lo contempla la ley, cuenta con el informe previo favorable del Banco Central de Chile", indicaron desde la CMF.
Instrumentos híbridos
Respecto de instrumentos híbridos para la constitución de patrimonio efectivo, el regualdor detalló que las exigencias establecidas para la emisión de acciones preferentes, bonos sin plazo fijo de vencimiento (AT1) y bonos subordinados (T2), buscan entregar modalidades alternativas de capital regulatorio que absorben pérdidas cuando el capital del banco emisor disminuye bajo condiciones preestablecidas, pudiendo facilitar la reparación de los niveles de solvencia o evitar la resolución de un banco.
"Aquellas emisiones que no reúnan las condiciones establecidas en estas normas, no podrán contabilizarse como patrimonio efectivo del banco", señalaron desde la Comisión.
En lo que respecta a los bonos subordinados, dicen en la CMF, se reemplaza el Capítulo 9-6 de la RAN por uno nuevo, el cual permite complementar y ajustar los requisitos actuales para alinearlos con Basilea III.
Impacto
La Comisión para el Mercado Financiero estima que no existiría necesidad de la banca de realizar emisiones AT1 durante el primer año de implementación de la norma.
Lo anterior responde, señalaron, a que la gran mayoría mantiene niveles elevados de capital básico (CET1) y bonos subordinaros (T2), y que estos últimos pueden ser utilizados para computar como AT1 durante el periodo de transición. Considerando la aplicación completa de los estándares de Basilea III, se estima que cinco instituciones podrían suplir sus brechas de capital con instrumentos AT1, por un monto equivalente a US$ 1.468 millones aproximadamente.
Para los bonos subordinados, el mayor cambio corresponde a emisiones de filiales, emitidas previo a la vigencia de esta normativa, y que ya no serán reconocidas en el patrimonio efectivo consolidado (de acuerdo con lo instruido en el capítulo 21-1 de la RAN). Estas emisiones deberán descontarse del patrimonio efectivo de la matriz en un plazo de 10 años.
Si bien la CMF anunció la postergación en un año del inicio de la implementación de las exigencias de Basilea III en Chile, las normas tendrán vigencia a partir del 1 de diciembre de 2020, sin perjuicio de las disposiciones transitorias establecidas en la ley y comunicadas por la Comisión.