Macro

Los mensajes clave que deja el último IPoM del B. Central

Que el problema de la inflación está lejos de resolverse fue parte del corazón del reporte entregado por la entidad. Además, no pareció hacerse eco de la mirada más positiva del Gobierno sobre la economía.

Por: J. Troncoso y S. Valdenegro | Publicado: Viernes 9 de diciembre de 2022 a las 04:00 hrs.
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La presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, junto a los consejeros Alberto Naudon y Stephany Griffith-Jones. Foto: Julio Castro
La presidenta del Banco Central, Rosanna Costa, junto a los consejeros Alberto Naudon y Stephany Griffith-Jones. Foto: Julio Castro

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Hasta el miércoles a las 8 de la mañana, el mercado estaba optimista. El día anterior, el Consejo del Banco Central había mantenido la Tasa de Política Monetaria, que es la que rige el resto de los tipos del sistema financiero, en 11,25% y a pesar de que su mensaje era que “la inflación sigue siendo muy elevada y la convergencia a la meta de 3% aún está sujeta a riesgos”, varios se atrevían a expresar que el recorte de la tasa debería partir en enero.

El alza del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 1% en noviembre fue un balde de agua fría. Duplicó las expectativas del mercado y dejó en claro que la volatilidad de los precios está lejos de ir en retirada.

Apurar el proceso de reducción de la TPM podría hacer que los desequilibrios se prolonguen por más tiempo. Si ello ocurre, la inflación seguirá siendo elevada y el costo de reducirla será mayor.

Este fue el escenario que esperó al Informe de Política Monetaria (IPoM) de diciembre. Este junto con develar que el debilitamiento de la economía chilena continúa -un PIB tendencial total de 2,1% en el decenio de 2023 a 2032-, mostró que el quiebre de la inflación en octubre podría haber sido un “veranito de San Juan”, como le preguntaría una periodista en la conferencia de prensa a la presidenta del Banco Central, Rosanna Costa.

“El elevado nivel que ha alcanzado la inflación indica que el problema está lejos de ser resuelto”, advirtió Costa a los senadores de la Comisión de Hacienda al presentar el IPoM. Y el mercado subió rápidamente sus estimaciones para 2022 a sólo un mes del término del ejercicio.

Un informe que, en contraste con las declaraciones desde los ministerios de Hacienda y Economista -reforzando el mejor cierre de año, la recuperación a fines de 2023 y que la inflación estaba dando la vuelta-, resulta más sombrío, incluso pesimista.

El IPoM advierte que la convergencia será más lenta de lo anticipado: “La brecha de actividad continúa elevada y la inflación se mantiene en niveles excepcionalmente altos, ambas señales de que el proceso de ajuste de la economía chilena aún no concluye”.

Se prevé que tanto el consumo privado como la inversión tengan caídas relevantes de 5,9% y 5% en 2023, respectivamente, todo en línea con un debilitado mercado laboral y estrechas condiciones financieras.

“El IPoM tiene una advertencia clara, aunque no directa, de lo negativo que sería intentar evitar o frenar el ajuste en el gasto, no solo para la inflación, sino que para los equilibrios macroeconómicos en general”, opina Alejandro Fernández, de Gemines.

El propio ministro de Hacienda, Mario Marcel, expresó el miércoles que “esta cifra nos recuerda que la inflación, no porque haya bajado un par de meses, ha desaparecido. Nos queda todavía mucho camino por recorrer. No se puede bajar la guardia frente a la inflación (...) y tenemos que seguir monitoreando y tomando las medidas necesarias para que la tendencia de más largo plazo se vaya materializando”.

¿Y eso qué significa? Lo anticipó muy bien el mercado el miércoles. El tipo de cambio cayó a mínimos de seis meses al cerrar en $ 868,60 y las tasas de interés swap a 5 años saltaron a su nivel más alto desde el 30 noviembre ante el convencimiento que los futuros recortes tardarán más de lo que venía anticipando el mercado.

El Consejo mantendrá la TPM en 11,25% hasta que el estado de la macroeconomía indique que dicho proceso se ha consolidado” decía esta vez el IPoM y hacía referencia al corredor de la TPM en que se observa que claramente las bajas probables serán más hacia el segundo trimestre de 2023.

“El corredor muestra que aún persisten riesgos ante una inflación que permanece muy alejada del objetivo del 3% y una actividad económica que se ha desacelerado de forma más lenta a lo anticipado. Lo anterior, lleva al Central a ser bastante cauto respecto a su escenario base respecto a la tasa, lo cual descarta hasta el momento algún recorte de la TPM durante el primer trimestre de 2023”, señala Martina Ordaz de Euroamérica.

La economista Jefe de Tanner Investments, Claudia Sotz, sostiene que el escenario base del IPoM tiene implícita una trayectoria base de la TPM que inicia el ciclo de bajas en abril de 2023, con una caída de 125 puntos bases para terminar en 7,75% hacia diciembre de 2023.

En la parte superior, indica que la tasa seguiría en 11,25% hasta la mitad de año y que el ciclo de bajas sería “bastante lento”.

Baja en el potencial

Por el lado de la actividad, las noticias no son mejores. En el escenario central, el Producto Interno Bruto (PIB) crecerá 2,4% en 2022, pero caerá entre 1,75% y 0,75% en 2023 y subirá de 2% a 3% en 2024.

En el caso de este año, los números implican una revisión al alza, pero para el próximo se trata de una baja en comparación al rango de -1,5% a -0,5% previsto en septiembre, lo que contagia a 2024, período para el que antes se pensaba en 2,25% a 3,25%.

Según explicó el banco, “el grueso de la corrección a la baja para 2023 y 2024 responde al nuevo supuesto para el crecimiento tendencial”, que es la capacidad productiva de un país en ausencia de perturbaciones transitorias en la productividad y cuando los insumos productivos (por ejemplo, capital y trabajo) se usan a su capacidad normal y sin presionar la inflación.

El PIB potencial total que alcanza a 2,1%, con un PIB no minero de 2,2% para el periodo de 2023-2032, muy por debajo del 2,9% que se estimaba en junio de 2021.

Para el sector minero, que representa el 12% del PIB total de Chile, el Central estima un tendencial de 1,5% para 2023-2032, menor al 2% de junio de 2021.

Esta disminución responde a tres factores: el impulso esperado para el repunte del empleo será menor debido a que gran parte de la recuperación de la participación laboral tras el shock de la pandemia ya ocurrió; segundo, el crecimiento del stock de capital se supone decreciente en el tiempo -después del alza de este año, la formación bruta de capital fijo bajaría-; y, tercero, las horas trabajadas van reduciéndose a niveles de la OCDE.

De ahí que el IPoM vuelve a poner en la mesa el desafío de resolver los desequilibrios macro -que requiere a todas las políticas apuntando en una sola dirección-; y que se prioricen acciones para aumentar la productividad y el ahorro.

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