El plan de EY para dividir sus operaciones de auditoría y consultoría reportará hasta US$ 8 millones en acciones a cada uno de los socios, según personas del entorno.
La firma de las Big Four se prepara para dividir su negocio global, lo que supone la mayor reestructuración del sector de las últimas dos décadas.
Al parecer, EY tiene previsto sacar a bolsa su negocio de consultoría, que crece a un ritmo vertiginoso, separándolo del grupo responsable de la auditoría a clientes como Facebook, Google, Amazon y Oracle. El negocio de auditoría seguiría siendo una red de sociedades tras la escisión, mientras que su negocio de consultoría se convertiría en una empresa cotizada.
La firma espera vender alrededor del 15% del negocio de consultoría por más de US$ 10.000 millones, y dejará el 70% restante en manos de sus socios. Se espera que los socios que se incorporen al nuevo negocio de consultoría reciban acciones por un valor de entre siete y nueve veces su remuneración anual, pudiendo alcanzar un valor de 8 millones de dólares.
Los socios recibirán un pago en efectivo de la OPV de entre dos y cuatro veces su remuneración anual según el plan, lo que supondría unos US$ 2 millones sobre la media salarial de US$ 850.000 a 900.000 al año. Sin embargo, dado que se trata solo de un proyecto, cabe la posibilidad de que se cambie o se descarte por completo.
La disolución de la firma, que cuenta con una plantilla de 312.000 personas, podría producirse como el próximo año y supone un intento de evitar los conflictos de intereses que han llamado la atención de los reguladores de todo el mundo.
Sin embargo, según los mismo planes, los consejeros y directivos por debajo del nivel de socio sólo recibirían una cantidad simbólica. "Están muy descontentos porque la puerta de los socios está cerrada", reconoció una persona del entorno.
La empresa tiene la intención de pedir un préstamo de unos US$ 17.000 millones, parte del dinero necesario para pagar a los socios. Alrededor del 15% del nuevo negocio se reservaría para incentivos de capital para el personal.
Las firmas miembro de EY votarán sobre las propuestas en otoño (hemisferio norte) y es probable que se propongan más cambios antes de esa fecha. Todavía no está claro cómo se dividirán algunos departamentos, como el tributario y si se considerarán parte de las labores de auditoría o de consultoría, aunque serán necesarias competencias fiscales tanto en las divisiones de auditoría como de consultoría.
La venta de una parte de la empresa a accionistas externos supondría un cambio drástico con respecto a la estructura actual de EY, en la que los socios no conservan una participación en el negocio cuando se marchan, lo que preserva el capital para la siguiente generación.
La división dará lugar a un negocio de auditoría tradicional de menor crecimiento junto a una empresa de consultoría de gran crecimiento. Los ingresos de la división de auditoría de EY crecieron un 27% entre 2012 y 2021, superados por el crecimiento del 93% del resto de su negocio.
El negocio de auditoría generó unos ingresos de US$ 14.000 millones en el ejercicio 2021, mientras que los negocios de asesoría de EY, que ofrecen asesoramiento fiscal, de consultoría y de negocios, generaron unos ingresos de 26.000 millones de dólares.
Una separación permitiría al negocio de consultoría de EY dirigirse a clientes de auditoría como Amazon, Salesforce y Google, que actualmente están excluidos por el riesgo de conflicto de intereses.