El tráfico de pasajeros aéreos en el mundo durante el 2007
llegó a los 4.500 millones de personas, un aumento del 6,4% respecto al año
anterior, según los datos preliminares con los que cuenta el Consejo
Internacional de Aeropuertos (CIA).
España es uno de los países donde el número de pasajeros aumentó más durante el
año pasado.Un crecimiento que también registraron India, China, Emiratos Árabes Unidos, Vietnam,
Egipto y Rusia.
Oriente Próximo encabezó las regiones con mayor crecimiento de pasajeros
(16,5%), seguido de África (13,7%), Latinoamérica (8,4%), Asia Pacífico (7,7%),
Europa (7,3%), y Norteamérica (3,3%).
Unos porcentajes que en números absolutos se convierten en: 1.540 millones de
pasajeros para Norteamérica; 1.422 millones para Europa; 1.035 millones para
Asia Pacífico; 272 millones para Latinoamérica; y 126 millones para África.
El número de pasajeros internacionales creció el año pasado un 8,2% globalmente,
y alcanzó los 1.800 millones de personas.
En todas las regiones del mundo a excepción de Latinoamérica (5,1%
internacional y 8,4% total), el tráfico internacional aventajó al nacional.
Oriente Próximo encabezó el crecimiento de pasajeros internacionales
(internacional 17,6%, total 6,5%); seguido de África (14,6% internacional y
13,7% total); Europa (8,2% internacional y 7,3% total); Asia Pacífico (7,9%
internacional y 7,7% total); y Norteamérica (4,8% internacional y 3,3% total).
Lo que en números absolutos se traduce en (1.009 millones de pasajeros
internacionales en Europa; 392 millones en Asia Pacífico; 192 millones en
Norteamérica; 91 millones en Latinoamérica; 76 millones en Oriente Próximo; y
74 millones en África.
En total, se hicieron 68,6 millones de movimientos de aviones, un incremento
del 2,4% respecto al año anterior.
El estudio general se hizo en base a los datos aportados por 870 aeropuertos, y
los datos de pasajeros internacionales con la información de 587 aeropuertos.
A pesar de los buenos resultados del año anterior, la CIA alerta de que en el 2008,
el crecimiento puede ser menor, dada la incipiente inestabilidad financiera, el
alto precio de los combustibles, y las devaluaciones de moneda, entre otros
factores.