El director gerente del FMI, Dominique
Strauss-Kahn, dijo hoy que "el mundo está en crisis" por el alza de
los precios del petróleo y los alimentos, y alertó que algunos
países se hallan en "un punto crítico".
El mundo ha encajado mejor de lo previsto la espiral de precios
de las materias primas, gracias a que venía con el empuje de la
mayor expansión económica desde hace más de 40 años, pero las
reservas se encuentran ahora en mínimos en muchos lugares, indicó el
Fondo Monetario Internacional (FMI).
"Si los precios de los alimentos suben aún más y los del petróleo
se mantienen, algunos gobiernos ya no podrán alimentar a su
población y, al mismo tiempo, mantener la estabilidad de sus
economías", advirtió Strauss-Kahn en una conferencia.
En América Latina los países más vulnerables son Haití, Nicaragua
y Honduras, porque son naciones pobres que importan petróleo y
comida, de acuerdo con la institución financiera, que divulgó hoy el
primer análisis detallado sobre el tema.
También están en una situación precaria gran parte de África
subsahariana y países asiáticos como Mongolia, Pakistán y
Bangladesh, según el FMI.
"El cuadro es de un mundo en crisis", aseveró Strauss-Kahn, quien
dijo esperar una respuesta "enérgica" del Grupo de los Ocho (G8) la
próxima semana en su cumbre en Japón.
El jefe del Fondo llevará bajo el brazo el informe divulgado hoy,
pero para algunos de los participantes previsiblemente será difícil
digerir algunas de sus recomendaciones.
Mark Plant, subdirector del departamento de Desarrollo y Revisión
de Políticas del FMI, denunció que las ayudas que Europa y Estados
Unidos otorgan a los biocombustibles añaden "tensión" al mercado
mundial de alimentos.
"La posición general del Fondo es que los subsidios deberían ser
eliminados", comentó a Efe Plant.
Destacó que en EE.UU. las subvenciones desvían parte de la
cosecha de maíz y trigo para la producción de etanol, y contrapuso
la "buena" política de Brasil, que saca el biocarburante de caña de
azúcar cultivada en tierras donde no desplaza a otro alimento y sin
subsidios.
Sanjeev Gupta, asesor del departamento de Asuntos Fiscales del
FMI, dijo a Efe que el organismo está a favor de que Estados Unidos
elimine su arancel a la importación de etanol brasileño.
El FMI también urgirá al G8 que se ponga las pilas para lograr un
acuerdo en la ronda de Doha de negociaciones en la Organización
Mundial de Comercio (OMC) que elimine trabas al mercado alimenticio.
Asimismo, pedirá más inversión en la agricultura, aunque no a
expensas de la salud y la educación, apuntó Plant.
Para naciones que el organismo no colocó en la lista roja de
peligro, la escalada de los precios también ha supuesto un golpe
fiscal potente, según el informe.
El aumento de los subsidios a los alimentos desde el 2006 le ha
costado a Costa Rica, por ejemplo, más del 0,5 por ciento del
Producto Interno Bruto (PIB).
Y en Venezuela y Ecuador la factura de las subvenciones a los
carburantes supera el 5 por ciento del PIB.
El FMI criticó subsidios generalizados como esos y abogó por
dedicar el dinero a programas de ayuda dirigidos específicamente a
los pobres.
También reiteró su oposición a restricciones a la exportación de
alimentos como las que aplica Argentina.
Plant dijo que las tensiones internas en ese país reflejan las
diferencias en el impacto sobre la población urbana y la rural.
El campo se beneficia de los altos precios de los alimentos,
mientras que los pobres que viven en las ciudades son los más
perjudicados, según el Fondo.
Su análisis coincide con un informe publicado hoy por la agencia
de calificaciones Standard and Poor's, que alerta que la
intervención pública para paliar la transferencia de riqueza de la
ciudad al campo "potencialmente genera inestabilidad política".
Al FMI también le preocupa que impedimentos a la exportación
elevan unos precios mundiales que no tienen visos de caer a corto
plazo.