En una entrevista exclusiva con Valor, la mandataria insistió en mantener el ajuste fiscal, incluso a costa de más impuestos, e hizo una decidida defensa de su cuestionado ministro de Hacienda. Rousseff admitió además que se cometieron errores.
- ¿Qué pasará ahora tras la decisión de S&P?
- El gobierno sigue trabajando para mejorar la ejecución fiscal y hacerla sostenible. Es fundamental retomar el crecimiento. Hay que recordar que sólo en los últimos siete años la nota estuvo por sobre BB+. Por lo tanto, esa clasificación no significa que Brasil no pueda cumplir sus compromisos. Por el contrario, está pagando todos sus contratos y tenemos también una clara estrategia económica. Vamos a seguir por ese camino y vamos a volver al crecimiento.
- Hay desequilibrio fiscal y contracción económica. ¿Cómo llegamos a esto?
- En 2008 hubo una crisis global. Los emergentes tomaron medidas contra cíclicas para no ser golpeador. También nosotros. Para tratar de garantizar la tasa de inversión del sector privado aplicamos sustanciales rebajas de impuestos, rebajamos la tasa para las inversiones de bienes de capital de manera drástica. Con eso queríamos mantener una inversión elevada para detener la caída del empleo y los ingresos.
- Pero no dio...
- Ese proceso no logró asegurar la tasa de inversión, y por ende, la tasa de crecimiento del PIB. Lo logró, pero sólo por un tiempo.
- Pero no logró compensar el fin del ciclo de los commodities...
- No sustituyó el auge de los commodities. No podía hacerlo. Es un proceso lento. No comienza de inmediato después de una crisis. El fin del boom de los commodities comenzó a sentirse a mediados de 2014. En abril de 2014 el petróleo estaba en US$ 120 por barril. En agosto de 2015, llegó a US$ 37. Es una caída inmensa. Lo mismo con el hierro. Hubo un colapso de los commodities, tanto de los precios como de la cantidad de la demanda de China.
- Usted dijo en una entrevista que quizás se demoraron en percibir...
- Creímos dos cosas. Primero, que la crisis no iba a durar tanto y segundo, que las economías desarrolladas se iban a recuperar más rápido y que afectaría con menos fuerza a China. Comenzamos a entender la verdadera profundidad cuando ya estaba... porque eso fue muy reciente. Cuando cayó de golpe.
Eso significa que tenemos que acostumbrarnos a las nuevas condiciones. Lo primero que tenemos que hacer es buscar la estabilidad macroeconómica. Además de eso, la estabilidad fiscal y el control de la inflación. Nosotros cortamos el gasto y redujimos las exenciones tributarias, los subsidios a las tasas. Eso lo hicimos muy bien.
- ¿Y la reforma de pensiones?
- Una reforma a las pensiones es siempre intergeneracional. Hemos ganado cuatro años y medio en expectativas de vida. Tenemos menos jóvenes y más viejos. Nos tenemos que adaptar a la nueva realidad.
- ¿No cree que con 60 años una persona todavía puede trabajar?
- Estoy de acuerdo. Yo tengo 67.
- ¿Y tiene alguna idea de cómo hacer eso?
- Brasil tiene una propuesta seria que vamos a informar pronto.
- ¿Cuál es la meta fiscal para el próximo año?
- Mantenemos la meta de un superávit (primario) de 0,7% del PIB. Ahora tenemos un déficit de 0,5%. Hay que tomar medidas para la contención de los gastos. Pero sobre todo de los obligatorios porque no hay más margen. Sin dudas vamos a tener que tener un incremento de la recaudación.
- ¿Pero primero habrán nuevos recortes?
- Todavía tenemos más recortes por hacer.
- ¿Cuáles son los factores que podrían elevar el crecimiento?
- Primero, la expansión de las exportaciones, porque el tipo de cambio se ha devaluado en más de 50%. Eso tiene un efecto inflacionario negativo, pero tiene un efecto de expansión de las exportaciones. Nosotros, que estamos en situación de déficit comercial, vamos a tener un superávit. El ministro de desarrollo, Armando Monteiro, cree que es posible llegar a cerca de US$ 12 mil millones de superávit comercial. Eso va a estimular a algunas industrias. Lo que pierdan en el mercado interno van a ganar en mercados internacionales, porque nuestra devaluación fue mayor que la de otros países. Pero también es esencial que el gobierno haga su parte invirtiendo en infraestructura y energía. Por eso realizamos el programa de concesiones.
- Se habla de una posible salida del ministro de Hacienda, Joaquim Levy.
- Eso es un daño para el país. Es algo bajo. Primero, porque no va a ocurrir. Segundo, porque eso encubre una tendencia que busca debilitar a Joaquim. Él tiene mi confianza.
- ¿Tiene divergencias con el ex presidente Lula en la gestión económica?
- Lo que Lula simpre ha dicho es que una parte de la recuperación proviene del consumo. En eso tiene toda la razón. Del consumo y del crédito. El problema es que algunos ven una contradicción entre inversión y consumo, pero no la hay. Nosotros tenemos que aumentar la inversión y mantener el consumo. Una de nuestras mayores fortalezas es el mercado interno.
- ¿Pero la clave hoy es la inversión?
- Exportaciones e inversión. Y después el mercado interno, que va a ser el que se va a recuperar al final, pero es esencial. Se pasarán la vida tratando de que yo pelee con Lula. Desde que asumí la presidencia. Dos seres humanos nunca concuerdan en todo. Pero Lula es una de las personas con las que más he estado de acuerdo en mi vida. Encuentro muy bajas algunas cosas que han pasado en Brasil. No me quejo de lo que hacen conmigo, pero es mucha la falta de respeto de algunas cosas que le hacen a él.
- ¿Se refiere al muñeco que apareció en las manifestaciones?
- Y otras cosas también. No es posible. Él es un patrimonio de este país.
- Eso tuvo que ver con el escándalo de Petrobras. Como comenzó en su gobierno...
- No sabemos bien cuándo comenzó. Los que investigamos fuimos nosotros. Hasta ahora nadie había investigado nada.
- ¿Veintinueve ministerios son suficientes para recomponer y unificar la base aliada?
- Así lo creo.
- Y en qué consistirá la reforma ministerial?
- Lo diré cuando la anuncie.
- ¿El banco central está fuera de la reforma?
- Muy probablemente sí. No se trata de ponerle nombre de ministerio al banco central. ¿Eso qué cambiaría?
- La idea vino de quienes quieren debilitarlo.
- Nunca me han hecho esa sugerencia. Ni siquiera encuentro que tenga sentido. El presidente del banco central tiene que tener estatus de ministro. Eso puedo dejarlo bien en claro.
- El vicepresidente Michel Temer dice que no hay gobierno que resista con 7% de popularidad. ¿En algún momento ha pensado renunciar?
- No. Yo no me voy. No he hecho nada malo. La popularidad forma parte de un proceso. La mía es muy baja ahora.
- ¿Eso la incomoda?
- Claro. A cualquiera le molestaría. Pero yo creo en el futuro de este país y que vamos a salir de esta dificultad.
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