A una semana de las elecciones del 27 de septiembre en Cataluña, el gobernador del Banco de España, Luis María Linde señaló ayer que, si triunfa el desafío soberanista, "el territorio dejaría de tener acceso a las facilidades de crédito del BCE". A su juicio, este es el punto clave.
Según el gobernador, Cataluña no tendría acceso a la financiación del BCE si se separa de España, un beneficio que perdería de manera "automática". "El territorio deja de tener acceso a las facilidades de crédito del BCE", insistió delante de dirigentes como el secretario de Estado de Economía, Íñigo Fernández de Mesa.
"La salida de la UE implica de modo automático la salida del euro. Es un procedimiento automático", destacó.
Sobre el impacto de una secesión, Linde no descarta que pudiera producirse un "corralito" financiero, como el que afectó a algunos países de Latinoamérica y a Grecia y en el último tiempo.
El gobernador aplaudió el comunicado de la Asociación Española de Banca (AEB) sobre las consecuencias de la independencia y dijo que la independencia "crea inseguridades e incertidumbre" y que el comunicado dice "cosas muy razonables, sensatas".
Sin embargo, intentando utilizar un tono técnico y no político, no quiso cerrar la puerta a que fuera posible que Cataluña sea un país, destacando "hay países más pequeños" o con menos habitantes dentro de la propia Unión Europea (UE). Eso sí, advirtió, frente al argumento de Artur Mas, el líder del movimiento separatista, que ha señalado recientemente que sería imposible que Bruselas expulse a siete millones de personas que "la salida de la UE implica de forma automática una salida de la zona euro".
Costo impagable
Por su parte, Mas instó al Estado a negociar tras las elecciones advirtiendo que el gobierno central "no podría soportar" una independencia no negociada, ya que tendría que asumir toda la deuda pública de Cataluña.
"No hay más remedio que ponerse de acuerdo. El precio de no ponerse de acuerdo es impagable, de entrada para España. España no podría soportar un no acuerdo".