El Royal Bank of Scotland (RBS), el segundo mayor banco del
Reino Unido, vendió a varios de los principales fondos de capital riesgo
títulos de deuda por un importe que supera los US$ 8.000 millones.
Según el diario Financial Times (FT), que cita fuentes
cercanas a la operación, pero no ha podido obtener la confirmación por parte
del banco, Apollo, GSO Capital (el brazo de inversión en deuda de Blackstone) y
Texas Pacific Group (TPG) le han comprado al RBS parte de los préstamos que
concedió a otras firmas de capital riesgo para que éstas financiaran sus
propias adquisiciones.
La venta de estos títulos de deuda se habría producido con
un descuento considerable, lo que podría permitir a estos fondos de capital
riesgo obtener unos rendimientos de hasta el 30 por ciento, asegura el propio
presidente de Blackstone, Tony James.
Esta operación se suma a una anterior mediante la cual Apollo y GSO
compraron al RBS, a Credit Suisse y al Deutsche Bank 5.000 millones de dólares
(3.328 millones de euros) de la deuda que Bain Capital y Thomas H Lee habían
contraído con estos bancos para financiar la compra de la compañía
estadounidense Clear Channel.
Todos estos movimientos marcan un cambio en la forma de
actuar de los fondos de capital riesgo, que han pasado de solicitar
financiación para adquirir empresas a comprar títulos de deuda y convertirse
así en prestamistas.
"El mercado de deuda es un lugar interesante donde
posicionarse ahora", declara al diario uno de los fundadores de TPG, Jim
Coulter.
"Pedíamos prestado cuando endeudarse era barato. Ahora
que la deuda (su emisión) es más cara, es un buen momento para invertir en
ella", añade.
Con este tipo de operaciones, los bancos mejoran a su vez su
propia liquidez, al recuperar parte de los préstamos concedidos, y reducen el
impacto de los impagos en sus cuentas de resultados.
El RBS, que en el primer semestre perdió 761 millones de
libras (967 millones de euros) tras sufrir una depreciación de sus activos de
5.900 millones de libras (7.501 millones) como consecuencia de la crisis, se ha
visto obligado a vender activos y a llevar a cabo una ampliación de capital de
12.000 millones de libras (15.264 millones de euros).