El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y el
presidente del Banco Mundial (BM), Robert Zoellick, reclamaron hoy al G8
"resultados" de su cumbre de Japón, y no más promesas, para afrontar
la crisis alimentaria.
En una conferencia de prensa conjunta, Ban y Zoellick se
refirieron especialmente a la difícil situación económica que se vive en
África, que ocupó hoy los debates de la primera jornada de la cumbre de los
países ricos en Hokkaido (norte de Japón).
Zoellick consideró que la crisis alimentaria está causada
por varios factores, entre otros, aunque no únicamente, por los biocombustibles
elaborados a partir del maíz y vegetales aceitosos, y que continuará hasta al
menos el año 2012.
"No se necesitan más promesas", apuntó el
secretario general de la ONU, para quien el mundo afronta actualmente tres
crisis interconectadas: el cambio climático, las emergencias de desarrollo y la
crisis alimentaria.
Zoellick, por su parte, apuntó que es preciso que los
líderes de los siete países más ricos -EEUU, el Reino Unido, Francia, Alemania,
Canadá, Japón e Italia- y Rusia logren "resultados" en la reunión de
tres días que hoy comenzaron en un apartado hotel de Hokkaido.
"El G8 debe llevar esperanza" porque "no
tenemos tiempo que perder", señaló el presidente del Banco Mundial, quien
reclamó un aumento de la asistencia alimentaria, más fertilizantes y que se
ponga fin a las restricciones a la importación de alimentos.
El secretario general de Naciones Unidas pidió al G8 que no
se vuelva atrás en las promesas que hizo en anteriores cumbres y le advirtió de
que el desarrollo de África requerirá al menos destinar ayudas por valor de
62.000 millones de dólares para luchar contra las enfermedades infecciosas.
En la reunión de Gleneagles en 2005, el G8 se comprometió a
aumentar hasta 25.000 millones de dólares la asistencia a África para 2010 y
que después se duplicará hasta los 50.000 millones de dólares, pero hay
especulaciones de que habrá una vuelta atrás en ese último acuerdo durante la
reunión de Hokkaido.