El avance de una ola de frío polar
llevó al Gobierno argentino a ampliar las restricciones a la
provisión de gas, que ahora afectan tanto a industrias como a los
vehículos que utilizan el fluido como combustible.
Mientras, el Ejecutivo no ha confirmado ni desmentido que haya
sido cortado totalmente el suministro de gas que Argentina exporta a
Chile, que según el Gobierno y los distribuidores chilenos se
produjo este miércoles.
En el mercado doméstico, la interrupción afecta a un centenar de
estaciones que expenden gas natural comprimido (GNC) para vehículos
y desde el miércoles a unas 300 industrias que no tienen contratos
de provisión en firme, informaron fuentes del sector.
Algunas expendedoras de GNC de Buenos Aires y sus alrededores
restringieron la venta del combustible y una situación similar se
registra con la venta de gasóleo, que escasea desde hace varios
días.
"Es la parte interrumpible la que se corta, no el segmento firme.
Todos sabemos que, en algún momento del año, una parte se restringe.
La provisión está absolutamente asegurada, eso nos dicen en las
distribuidoras", dijo Enrique Fridman, presidente de la Cámara de
Expendedores de GNC, que suman unos 1.200 en todo el país.
Desde la crisis energética de 2004 el Gobierno restringe la
provisión de gas para afrontar el aumento de la demanda por el
descenso de la temperaturas, que hoy ha sido particularmente baja en
buena parte del territorio argentino.
Fuentes oficiales argumentan que el déficit en la provisión de
gas se ha visto agravado por un largo conflicto sindical que redujo
la producción de ese combustible en la sureña provincia de Santa
Cruz a unos 2,5 millones de metros cúbicos diarios, casi la mitad de
lo normal.
A esto se suma el hecho de que Bolivia incumple contratos
vigentes con Argentina para proveerle de hasta siete millones de
metros cúbicos de gas, como avisó el país andino a comienzos de año.
Los gasoductos de Argentina tienen capacidad para transportar
unos 130 millones de metros cúbicos de gas a diario, pero se sufre
un déficit de 20 millones, calculan fuentes de las empresas del
sector energético.
El déficit en la producción de energía responde a que las
regulaciones gubernamentales han desalentado inversiones para
acompañar el crecimiento económico que registra el país, según han
dicho los expertos desde que se desató la primera crisis, en 2004.