Bruselas/Londres
El Reino Unido debería someterse al régimen legal de la Unión Europea hasta el 31 de diciembre de 2020 bajo una transición del Brexit que le quita influencia al país y lo excluye de acuerdos comerciales, según la postura inicial de la UE para las negociaciones.
Al revelar las condiciones que espera la UE para una transición, Michel Barnier, el negociador del Brexit del bloque, sugirió que sería “lógico” terminar la fase temporal cuando empiece regir el próximo presupuesto multianual del bloque en 2021.
Downing Street describió las cuatro páginas de “directivas” de transición de la Comisión Europea como sólo el inicio de una negociación.
El Reino Unido debe abandonar la UE en marzo de 2019 y Theresa May, la primera ministra, ha abogado por un período de transición de “cerca de dos años”.
“Estamos actualmente pensando en cerca de dos años, 24 meses. La comisión ha dicho que un poco más de 21 meses, pero es una negociación”, dijo el portavoz de la oficina de May.
A pesar de que incluye algo de flexibilidad que será bienvenida por el Reino Unido, la posición de la UE destaca los complejos asuntos legales que aún quedan por resolver sobre la transición, además de las políticas volátiles que pueden impedir un acuerdo temprano.
Los ministros británicos ven el “período de implementación” como crucial para mantener la confianza de las empresas y tener más tiempo para las preparaciones del período posterior al Brexit.
Pero extender el período a 2021 tendrá un precio: miles de millones de euros de contribuciones adicionales al presupuesto de la UE.
Las directivas señalan que la legislación de la UE será totalmente aplicable durante la transición, con las decisiones de la corte europea teniendo “los mismos efectos legales” en el Reino Unido como antes del Brexit, un punto sensible para algunos partidarios del Brexit.
El Reino Unido no tendrá ningún rol formal en la toma de decisiones de la UE y perderá sus derechos de representación en las instituciones del bloque.