El Partido Socialdemócrata alemán (SPD, su sigla en alemán) se esfuerza por restablecer el orden después de una semana de caos y luchas internas que han puesto a prueba los nervios de los líderes del partido y opacado el esfuerzo de asegurar el respaldo de sus miembros a una nueva gran coalición con Angela Merkel.
“Necesitamos un nuevo comienzo”, dijo Ralf Stegner, vicepresidente del partido, a la televisión alemana ayer. “La falta de disciplina tiene que terminar”. Su apelación sigue a los días más turbulentos para el SPD en la memoria reciente, marcados por la caída del líder del partido Martin Schulz, una disputa sobre quién debería ejercer como ministro de Relaciones Exteriores en el próximo gobierno y una nueva serie de encuestas que muestran la caída libre del partido.
La última encuesta de opinión realizada por la consultora Insa le dio al SPD sólo el 16,5% de los votos. Eso sería cuatro puntos por debajo del mínimo histórico registrado por el partido en las elecciones generales de septiembre, cuando obtuvo el peor resultado desde la creación de la República Federal. También pone al partido sólo 1,5 punto porcentual por delante de la derechista Alternativa para Alemania (AfD).
La crisis de liderazgo del SPD gatilló críticas abiertas de algunas de las ramas regionales del partido. “Nuestro estado de ánimo con respecto a lo que está sucediendo en Berlín ahora está en el sótano”, dijo Matthias Hey, líder del grupo SPD en el parlamento regional en Thuringia. “Necesitamos que alguien se haga cargo del puente de mando y comience a dirigir el barco”.
Referendo crucial
El drama llega una semana antes de que los 460 mil miembros del SPD comiencen a votar sobre el acuerdo de coalición alcanzado entre Schulz y Merkel la semana pasada. El referéndum del partido, que comienza el 20 de febrero, es el último obstáculo en el camino de un cuarto mandato para la canciller, y vería a los dos partidos renovar una alianza que ha gobernado Alemania durante ocho de los últimos doce años.
La semana pasada, Schulz fue forzado a renunciar tanto a la dirección del SPD como a un futuro puesto como ministro de Relaciones Exteriores frente a una amenaza de revuelta interna. Tanto miembros como altos cargos del partido se indignaron por su decisión de ocupar un puesto “top” en el gabinete a pesar de sus promesas de nunca ejercer como ministro con Merkel.
Su movimiento también provocó un amargo ataque personal de Sigmar Gabriel, el actual ministro de Relaciones Exteriores y exlíder del SPD, quien dijo que le habían prometido otro período como jefe de la diplomacia de Alemania. La disputa entre Schulz y Gabriel golpeó a muchos miembros del SPD como indecorosa y contraproducente, especialmente tan cerca del crucial y potencialmente referendo del partido.
Los líderes de SPD argumentan que el acuerdo de coalición acordado con los demócratacristianos de Merkel promete implementar políticas claves socialdemócratas, como la integración más profunda de la Unión Europea y un gran aumento en el gasto en infraestructura, educación y programas sociales. Pero enfrentan un rechazo determinado del ala juvenil del partido y otros críticos, que consideran que el SPD necesita afilar su perfil y reconstruirse en la oposición.
La tarea de influenciar a los miembros de base ahora caerá sobre Andrea Nahles, líder de la bancada del SPD en el parlamento y la sucesora designada de Schulz para liderar el partido. Vista durante mucho tiempo como una líder en espera, Nahles fue ministra del Trabajo en el último gobierno de coalición de Merkel, y promovió una ley histórica de sueldo mínimo.
Ella es conocida como una activista luchadora y una oradora apasionada, cuya emocionada defensa de una gran coalición en la conferencia pasada del SPD fue vista como crucial para ganar a los delegados escépticos. Mahles ahora tendrá que repetir el mismo truco en una serie de conferencias regionales del SPD que se llevarán a cabo en las próximas semanas para discutir el acuerdo de gran coalición. La votación se cierra el 2 de marzo y la decisión será anunciada dos días después.
Apoyo facilitado
No hay encuestas de los miembros del SPD que den una indicación sobre el resultado probable. Algunos analistas argumentan, sin embargo, que la destitución de Schulz podría reforzar el campo pro-coalición, sólo porque el desdichado exlíder ya no liderará la causa.
“Creo que el referendo del partido se volvió más fácil ahora. El gran problema era la credibilidad de Schulz”, dijo Andrea Rommele, profesora de políticas de la Hertie School of Governance en Berlín. “Pero el SPD ahora realmente tiene que mantener la línea y poner fin a todas las disputas y peleas”. Rommele subraya que el acuerdo efectivo logrado por el SPD fue en algunos puntos notablemente generoso para el socio menor, que se quedó con los tres cargos más prestigiosos del gabinete: Finanzas, Relaciones Exteriores y Trabajo.