Los llamados “Remainers”, que apoyaban la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea (UE), están políticamente divididos, sin un líder nacional que se una a la decena de grupos populares de base. Los medios hostiles incluso los han desacreditado y tildado de “quejones”.
Ayer, este grupo sufrió un nuevo trauma por el Brexit, cuando la primera ministra Theresa May activó el artículo 50, la cláusula legal que da inicio al proceso de salida. Ahora, el Reino Unido tiene dos años para negociar los términos de su salida y diseñar su nueva relación con la UE. “Sin duda alguna se siente como el inicio del final”, dijo Louise Rowntree, seguidora de la opción Permanecer.
Sin embargo, más allá de la tristeza, algunos consideran que se sienten aliviados de que el debate sobre el Brexit ahora podrá tomar un tono más sensato. Incluso, hay un núcleo más resiliente que insiste en que la batalla no está perdida y que estará desviándose a un terreno mucho más favorable. “Todavía se puede detener”, recordó la semana pasada Mark Johnson, moderador voluntario de un grupo de Facebook, luego de que otra usuaria expresara estar “devastada” por el artículo 50. “El Reino Unido no ha tomado la decisión definitiva de salirse”, apuntó.
Tom Brufatto, líder de la organización “Reino Unido por Europa” está de acuerdo. “Para nada marca el final”, dijo. “Marca el inicio del trabajo que tenemos que hacer, que es detener efectivamente el Brexit”, explicó.
Otros predicen que las noticias económicas, la mayoría buenas desde el referendo, cambiarán tras la activación del artículo, con más empresas anunciando planes para reubicar sus operaciones y la inflación subiendo.
Sin embargo, hay quienes difieren. El grupo Open Britain ha aceptado el Brexit y se dispone a pelear por el mejor acuerdo posible.