Por P. Jenkins y d. Schäfer/J. Wilson
Londres/Frankfurt
Los reguladores alemanes estaban al tanto sobre la valoración de Deutsche Bank de una serie de complejos derivados que están ahora siendo investigados por la Comisión de Valores y Bolsa (SEC, su sigla en inglés) de Estados Unidos. La revelación plantea un potencial conflicto regulatorio transatlántico con los investigadores estadounidenses.
Personas cercanas al proceso de valoración dijeron que BaFin, el supervisor bancario alemán que es el principal regulador de Deutsche, rutinariamente estuvo presente en reuniones del comité de auditoría durante el período 2008-2009, cuando el banco no reconoció hasta US$ 12 mil millones de pérdidas no marterializadas, según denuncias presentadas ante la SEC por tres ex empleados.
Financial Times reportó ayer que los tres demandantes informaron por separado que Deutsche no bajó el deteriorado valor de las denominadas “transacciones super senior apalancadas”. Si los activos -que valían
US$ 130 mil millones en teoría- hubieran sido contabilizados apropiadamente, Deutsche podría haber requerido un rescate del gobierno, dijeron.
Altos funcionarios y varios miembros del panel supervisor también estaban al tanto de las valoraciones, que una persona involucrada dijo que se habían bajado en “un par de cientos de millones de euros” después de consultarlo con la auditora KPMG. El alcance de su escrutinio no está claro.
La noticia de que BaFin conocía sobre las valoraciones de derivados podría provocar tensiones con el regulador de EEUU, que ha estado revisando las acusaciones hace más de dos años.
Sin embargo, expertos también afirmaron que la posición del regulador alemán podría complicar los esfuerzos de la SEC por armar un caso, ya que el banco sería capaz de argumentar que no pretendía romper ninguna regla.
Deutsche reiteró que las acusaciones eran “totalmente infundadas”. El panel de supervisión del banco y BaFin declinaron hacer comentarios.
Las revelaciones han alarmado a algunos miembros del panel supervisor de Deutsche, quienes analizarán el asunto en los comités de auditoría y riesgo la próxima semana.
Personas cercanas a la situación filtraron que Deutsche había iniciado su propia investigación -realizada por la firma legal Fried Frank y los propios auditores del banco, KPMG- en la primavera (boreal) de 2010. Varias semanas después, ellos mismos remitieron el tema a la SEC, que a su vez comenzó su propia investigación. Las acciones de Deutsche cerraron ayer en 34,92 euros, una caída de 0,1%.
Robert Khuzami, director de cumplimiento de la SEC, se recusó de todas las investigaciones a Deutsche porque fue el abogado general del banco para América entre 2004 y 2009. Dick Walker, el abogado general de Deutsche, es un ex director de cumplimiento de la SEC. La SEC no quiso hacer comentarios.
Dos de los ex empleados -Eric Ben-Artzi, un ex administrador de riesgo, y Matthew Simpson, operador senior en Deutsche- denunciaron que fueron despedidos como resultado de que reportaron sus preocupaciones de forma interna. El tercer demandante, que ha solicitado anonimato, expresó sus temores ante la SEC y voluntariamente renunció al banco.