Por J. Chaffin en Bruselas y P. Spiegel y Q. Peel en Berlín
Los acreedores de Grecia dicen que considerarían sólo menores pellizcos al rescate de 174.000 millones de euros después de las elecciones del domingo, un mensaje que intenta disipar cualquier ilusión entre los votantes.
Las altas autoridades en Bruselas y Berlín reconocieron que estarían dispuestos a discutir con un nuevo gobierno griego cómo golpearía las metas presupuestarias en el programa de rescate.
Pero ellos no alterarían o retrasarían esas metas, ni entregarían dinero adicional de la UE o el FMI para pagar cualquier incumplimiento por parte de Grecia.
"El margen para negociar está en el reino de la nanotecnología", contó un diplomático europeo, notando el endurecido tono contra Grecia.
El destino del impopular acuerdo de préstamo se ha convertido en el conflicto central de la elección del domingo, con el candidato de izquierda, Alexis Tsipras, subiendo en las encuestas con promesas para los votantes de que romperá los acuerdos y buscará un nuevo trato.
Su principal contendor, Antonis Samaras, líder del partido de centro derecha Nueva Democracia, tomó un acercamiento más moderado, diciendo que se atendría al préstamo, pero que intentaría renegociar algunos de los términos.
La UE hasta ahora ha intentado aislarse del debate, con sus oficiales señalando que depende de los griegos decidir su propio futuro político.
Pero la cercanía de la elección ha empezado a unificar las mentes en Bruselas y las capitales a lo largo de Europa sobre cómo lidiar con lo que pasará después, lo que podría incluir la victoria de la coalición Syriza de Tsipras.
Una señal de su preocupación fue la decisión de rescatar a la banca española con 100.000 millones de euros y disminuir cualquier reverberación de la votación griega el domingo. Pero oficiales senior ya están dejando claro el límite de su flexibilidad entre sugerencias de que ya estaban delineando los planes para aliviar el acuerdo de préstamo a Grecia, siempre que un gobierno cooperativo gane.