Por Hugh Carnegy
, París
El gobierno socialista de Francia ha vuelto de sus vacaciones con ansiedad, prometiendo una ráfaga de iniciativas que intentan debilitar las recientes críticas de que François Hollande ha fracasado en responder de forma convincente a una perspectiva económica oscura.
“Estamos tomando cartas en el asunto”, comentó ayer el primer ministro Jean-Marc Ayrault, cuando presentó el programa de iniciativas para los próximos meses, que abarca desde una reforma bancaria a la igualdad de género.
La reunión de gabinete, encabezada por el presidente, fue la primera desde que Hollande volvió de las vacaciones de dos semanas en Costa de Marfil a una descarga de comentarios negativos, muchos provenientes de su propio lado.
Está luchando para conciliar sus promesas electorales de colocar el crecimiento delante de la austeridad con un firme compromiso de reducir el déficit fiscal de Francia a 3% del PIB el próximo año, al tiempo que el crecimiento se ha estancado en los últimos tres trimestres y el desempleo está llegando a 10%.
“Desde su elección (en mayo) la cabeza de Estado ha dado, con frecuencia, la impresión de estar en el cuerpo de un deportista que no sabe en qué carrera está corriendo”, declaró esta semana el diario socialista Liberation en una editorial.
Con la caída de Hollande en las encuestas y el poder de compra de los votantes decayendo, un motor clave en el crecimiento de Francia, la respuesta inmediata ofrecida por Ayrault fue prometer un recorte sin especificar sobre los impuestos a los combustibles, en espera de las negociaciones con proveedores sobre cómo frenar los precios del diesel y del petróleo.
El gabinete también acordó duplicar el tope en dos populares planes de ahorro libres de impuestos respaldados por el gobierno para ayudar a financiar la construcción de 150.000 viviendas sociales cada año y canalizar más financiamiento de inversión a las pequeñas y medianas empresas.
Los costos de financiamiento de Francia han estado en un mínimo histórico recientemente, pese a sus muy altos niveles de deuda y gasto público y falta de crecimiento.