Por Simon Mundy
Seúl
A 33 años de que el asesinato de su padre la obligara a dejar la mansión presidencial de Corea del Sur, Park Geun-hye ganó ayer el derecho de regresar.
Park, del gobernante partido de centro derecha Nueva Frontera, se convertirá en la primera líder mujer en febrero, luego de una convincente victoria contra su rival liberal, Moon Jae-in.
“Seré la presidenta que se preocupe de la subsistencia de la gente al mantener mis promesas”, Park, de 60 años, aseguró a una multitud que desafió temperaturas bajo cero para saludarla en la plaza central de Seúl pasada la medianoche. “Mantendré la confianza pública en mente y haré una nueva era en la que todos puedan realizar sus sueños”, agregó.
Moon admitió la derrota después de que resultados parciales mostraran que Park estaba lista para ganar por un claro margen. Con un 98,2% de los votos escrutados, lideraba con 51,6%, mientras Moon, del partido de centro izquierda Democrático Unido, tenía 48%. La participación fue de 76%, el nivel más alto en quince años, reflejando una reñida campaña.
“Fallé en satisfacer el anhelo de la gente por un reemplazo del régimen y una nueva política”, comentó Moon en un breve discurso. “Lo siento por no haber podido mantener mis promesas”.
Muchos votantes vincularon su apoyo -o desagrado- por Park a la conmemoración de su padre, el autoritario gobernante Park Chung-hee, quien es recordado tanto por sus violaciones a los derechos humanos como por sus reformas que provocaron décadas de rápido crecimiento.
La atención girará hacia los esfuerzos de Park de satisfacer sus compromisos de campaña, incluyendo sus promesas de controlar los poderosos intereses corporativos, revitalizar el sector de las pequeñas empresas y estimular el gasto social. A pesar de sus promesas de “democracia económica”, la victoria de Park llegará como un alivio para los líderes de los conglomerados chaebol controlados por familias, algunos de los cuales habían temido mano dura por parte de Moon, luego de que él se comprometiera a eliminar las estructuras de participación “circulares” que ayudan a que las familias fundadoras mantengan el control.
También se evaluará el comportamiento de Park hacia Corea del Norte. Las relaciones con Pyongyang se deterioraron luego de que Lee-Myung-bak, el actual presidente, abandonara la “política luminosa” por compromiso de sus antecesores. Park ha prometido buscar un “proceso de construcción de confianzas” que involucre asistencia humanitaria y cooperación económica. También ha expresado voluntad condicional para reunirse con el líder norcoreano Kim Jong-un, aunque descarta “una reunión simplemente por tener una reunión”.