Por J. Fontanella-Khan/N. Buckley/ J. Cienski
Bruselas/Londres/Varsovia
El entusiasmo por el euro se está enfriando entre los nuevos miembros de la Unión Europea (UE) de Europa oriental, como es el caso del primer ministro de Letonia, quien advirtió que sus ciudadanos se están volviendo en contra la moneda única.
Valdis Dombrovskis, quien lideró uno de los programas de austeridad más duros, en parte para mantener las esperanzas vivas de la membresía de Letonia en el euro, dijo que enfrenta una batalla para que la república báltica ingrese al euro a 2014.
“Hace cinco años, antes de la crisis de la eurozona, todos querían entrar al euro, pero no estábamos listos económicamente. Ahora que estamos listos para entrar, muchos están escépticos”, dijo el líder de centro-derecha.
Entrevistado por el FT, Dombrovskis comentó que el gobierno estaba comprometido a unirse en enero de 2014, pero tendría que trabajar duro para tener al país “a bordo”.
Dombrovskis es un “alumno estrella” en Bruselas por adoptar duras medidas de austeridad en 2009, en parte, para mantener la divisa de Letonia fija al euro y preservar sus esperanzas de membresía. Pero después de que su economía se contrajera 25%, reanudó el crecimiento sin haber sufrido disturbios sociales. Su vecina, Estonia, que también experimentó duras medidas de austeridad y una profunda recesión, se unió al euro el año pasado. El primer ministro letón señaló que sin austeridad el país no podría haber cumplido los requisitos de ingreso de baja inflación, un déficit presupuestario debajo de 3% del PIB y una deuda gubernamental debajo de 60%.
Bulgaria, que como los Estados bálticos ha fijado su divisa al euro durante una década y es uno de los tres países de la UE que actualmente cumplen el criterio de ingreso por completo, recientemente dejó claro no tiene planes a corto plazo para integrarse a la moneda común.
Boyko Borisov, el primer ministro, dijo a FT que su gobierno no tenía planes para unirse hasta que la crisis de la eurozona termine. El país más pobre de la UE no debería tener que ayudar a los fondos de los rescates de países más ricos, añadió.
En Polonia, la oposición pública a la adopción del euro ha subido poco a poco a medida que la crisis de la eurozona se profundiza, con una nueva encuesta patrocinada por el Ministerio de Finanzas que arrojó que 56% de los polacos estaba en contra de la unión, 3 puntos porcentuales más que el año pasado.