Por Hugh Carnegy, París
La relación del presidente de Francia, François Hollande, con su pareja, Valérie Trierweiler, ha sido llevada de vuelta a la arena política después de que se revelara que él había escrito a un tribunal de París respaldando una demanda por difamación que ella interpuso en contra de un editor que escribió una biografía sobre ella.
Los abogados defensores y los políticos de la oposición acusaron ayer al presidente francés de interferencia impropia en un caso legal sobre la breve nota escrita a mano, en la que describe una anécdota sobre él mismo mencionada en el libro como “pura invención”.
Trierweiler, una periodista de la revista Paris Match, está buscando una compensación de 80.000 euros
(US$ 103.500) por daños de difamación e invasión de privacidad por parte de los editores y dos autores de “La Frondeuse” (La Rebelde), una de las varias biografías subidas de tono sobre ella publicadas desde que el presidente socialista venció a Nicolas Sarkozy en mayo.
“Estamos siendo testigos de una total confusión de roles en el Ejecutivo en el que el presidente interviene un asunto legal sólo porque quiere”, dijo Valerie Debord, vocera del partido de centro derecha UMP.
Olivier Pardo, abogado de Moment, la editorial del libro, comentó que las intervenciones eran un intento de las “altas autoridades del Estado” para influenciar al tribunal y que había “violado la separación de los poderes”.
El caso ha traído de vuelta a la luz la relación entre Trierweiler y Hollande. No están casados y ha habido evidentes tensiones entre Trierweiler y Ségolène Royal, la ex candidata socialista presidencial y madre de los cuatro hijos de Hollande.
En junio, Trierweiler causó alboroto cuando escribió un tweet apoyando a un candidato parlamentario socialista disidente que competía por un escaño con Royal.