Fintechs desafían a los bancos en su propio juego y comienzan a aceptar depósitos de clientes en EEUU
Varo Money se convirtió en la primera firma de tecnología financiera de consumo en obtener una carta bancaria nacional, pero hay varias que se podrían sumar pronto.
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M. Kruppa en San Francisco y R. Armstrong en Nueva York
El mes pasado, una empresa de Silicon Valley llamada Varo Money logró algo para lo que había trabajado durante tres años: comenzó a aceptar depósitos de clientes asegurados por el gobierno federal.
Fue un momento decisivo para la industria, que se produjo solo unas semanas después de que Varo se convirtiera en la primera empresa de tecnología financiera de consumo en obtener una carta bancaria nacional.
La aprobación de los reguladores en la Oficina del Contralor de la Moneda (OCC, sigla en inglés) ha abierto una vía para que las startups compitan con los bancos en igualdad de condiciones, a medida que luchan por una parte de los casi US$ 100 billones (millones de millones) en pagos anuales y US$ 16 billones en depósitos del sistema bancario de Estados Unidos.
Pero el hito también generó preguntas en la industria sobre por qué EEUU había tardado tanto en incorporar a las fintechs a su régimen regulatorio, cuando otros países, desde Reino Unido hasta China, han sido más rápidos y flexibles.
La respuesta, dicen los expertos, implica antiguas disputas territoriales entre reguladores, así como temores de que los pesos pesados de la tecnología, como Amazon y Facebook, puedan pasar a los servicios financieros.
Los ejecutivos de las fintechs señalan otro problema: el duro cabildeo de los bancos tradicionales que durante mucho tiempo han disfrutado del derecho exclusivo de mantener depósitos asegurados por la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC, sigla en inglés) y prestar dinero a nivel nacional.
“Lo vemos como anticompetencia”, dijo Lee Carter, director ejecutivo de la rama bancaria estadounidense de la empresa japonesa de comercio electrónico Rakuten, que busca una licencia bancaria y se ha enfrentado a la oposición de grupos de la industria bancaria. “Los reguladores quieren innovación en la banca y quieren competencia, y nosotros estamos dispuestos a entrar por la puerta principal y ser regulados”.
Fuera de EEUU, los bancos retadores como Revolut, en Reino Unido, y WeBank, respaldado por Tencent en China, enfrentan menores obstáculos regulatorios, operando con licencias especializadas que les permiten aceptar depósitos, procesar pagos o prestar directamente.
Mientras tanto, en EEUU, las empresas emergentes como Chime han eludido la regulación directa al asociarse con bancos asegurados por el gobierno federal, que exigen tarifas a cambio.
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Al buscar un estatuto bancario nacional, Varo apuesta a que parecerse más a un banco tradicional dará sus frutos a largo plazo. "Es realmente la única ruta sostenible a largo plazo si quieres estar entre 50 y 100 años a partir de ahora", dijo Colin Walsh, director ejecutivo de Varo. "Si solo quieres que te compren, esa es otra historia".
Batallas regulatorias
Otras empresas de tecnología financiera están siguiendo el ejemplo de Varo. El prestamista en línea SoFi recibió la aprobación preliminar de la OCC el mes pasado para un estatuto bancario nacional. Su rival cotizado en bolsa, LendingClub, también está en proceso de convertirse en un banco nacional, después de anunciar la adquisición de Radius Bank en febrero.
Sus solicitudes serán recibidas por una OCC cada vez más amigable con la tecnología liderada por Brian Brooks, un exejecutivo del mercado de criptomonedas Coinbase que fue designado como jefe interino del regulador en mayo.
Brooks también ha defendido un camino más fácil para que una variedad de fintechs obtengan licencias. Pero la denominada carta fintech ha encontrado una fuerte resistencia por parte de la industria bancaria. Greg Baer, director ejecutivo del Bank Policy Institute, una asociación de la industria, dijo que las empresas que manejan los fondos de los clientes no deben ser tratadas con una versión ligera de la regulación bancaria. Baer también dijo que la carta para las fintechs no tenía "ningún principio limitante", lo que podría permitir que las grandes empresas de tecnología como Amazon y Google obtengan una licencia bancaria por la puerta trasera.
Sin embargo, hasta ahora, ninguna empresa de tecnología financiera ha solicitado la carta especial. El más poderoso de los reguladores estatales, el Departamento de Servicios Financieros de Nueva York, también ha presentado una demanda para evitar que la OCC emita los estatutos.
Otros desestimaron estas preocupaciones, argumentando que la carta de las fintechs pondría a más empresas emergentes bajo supervisión regulatoria. “Es necesario repensar todo el marco regulatorio en torno a los pagos, debe ser federal y, en los pagos en tiempo real, debe pensar realmente en la protección del consumidor”, dijo Meg Tahyar, codirectora del grupo de instituciones financieras del bufete de abogados Davis. Polk.
Rakuten Bank America ha intentado tomar un camino regulatorio diferente: el estatuto de Empresa de Préstamos Industriales (ILC, sigla en inglés), que permite que un banco autorizado sea propiedad de una corporación no financiera.
Después de consultar con la FDIC, Rakuten retiró su solicitud a principios de este año, pero dijo que planea volver a presentarla después de hacer enmiendas.
La FDIC, que respalda los depósitos bancarios, se considera más conservadora que la OCC. Su presidenta, Jelena McWilliams, ha expresado su cautela acerca de “permitir que firmas que no son bancos tradicionales” ingresen al sistema.
Los inversionistas y ejecutivos de las fintechs dijeron que la agencia federal, que debía aprobar a Varo para el seguro de depósitos, tiene pocos incentivos para incorporar empresas de tecnología potencialmente riesgosas.
Solo unos cuantos retadores han superado al sistema. En marzo, la compañía de pagos de Jack Dorsey, Square, se convirtió en una de las pocas fintechs en recibir aprobación condicional para la concesión del estatuto ILC, lo que la puso en camino para el debut de Square Bank en 2021.
Auge digital
El impulso de los estatutos bancarios se produce cuando un número creciente de estadounidenses recurre a servicios financieros solo en línea durante la pandemia de coronavirus, lo que impulsa la suerte de Varo y otras compañías financieras digitales.
"Estamos viendo una adopción generalizada", dijo Lowell Putnam, director de asociaciones de Plaid, cuyo software es utilizado por las fintechs. Si bien los bancos retadores aún controlan una pequeña porción de las cuentas corrientes de EEUU, casi 60% de los estadounidenses descargaron nuevas aplicaciones para administrar sus finanzas durante la pandemia, según una encuesta de The Harris Poll y Plaid.
Al solicitar estatutos nacionales, las empresas de tecnología financiera han señalado que los beneficios de ofrecer una gama más amplia de servicios bancarios podrían compensar los costos de la supervisión regulatoria.