Esperando el fin del mundo: ¿qué tan preparados estamos para un desastre?
Mientras Trump y Kim intercambian amenazas, ganan fuerza los "prepping", como se denomina este movimiento de personas que se preparan para el fin del mundo, movidos por la necesidad de ejercer algún tipo de control sobre una realidad que parece impredecible.
- T+
- T-
Puede parecer completamente absurdo involucrarse en simulaciones para un desastre cuando tantas personas en el mundo —en Irak o en Siria, por ejemplo— enfrentan todos los días peligros más inminentes.
Sin embargo, debido a que Donald Trump y el líder de Corea del Norte Kim Jong Un han intercambiado amenazas, ha sido difícil mantener una clara perspectiva de qué tan cerca estamos de una amenaza en contra de nuestra civilización.
El pensamiento apocalíptico siempre ha estado con nosotros, pero su poder viene y va. "Vivimos en un momento extremadamente inestable e inseguro", declaró Ash Amin, un profesor de geografía de la Universidad de Cambridge que estudia la cultura urbana. "Los riesgos son mucho más grandes y están integrados globalmente", agregó.
La psicología de los "prepping", como se denomina a este creciente movimiento de personas que se están preparando para el fin del mundo, se basa en este sentimiento de caos, en la necesidad de ejercer un cierto control —cualquier clase de control— sobre una realidad impredecible.
Existe cierto alivio en tomar pasos prácticos y ordenados que se puedan eliminar de una lista. Comprar un suministro de tres días de alimentos no perecederos, unos cuantos litros de agua, una antorcha, una herramienta multiuso; identificar el lugar de reunión de tu familia, una ruta de evacuación, un refugio. Éstas son metas alcanzables.
El evento Carrington
Numerosas catástrofes cotidianas, por el contrario, son difíciles de manejar e irresolubles. En lugar de llegar con la repentina aparición de una nube en forma de hongo, se despliegan lentamente, de manera tranquila y discreta.
Unas 52.000 personas murieron de sobredosis de drogas en Estados Unidos en 2015, más que por armas de fuego, accidentes automovilísticos, o por VIH/SIDA durante el año en que la epidemia alcanzó su apogeo.
Madres, padres y adolescentes derrumbándose en los pasillos de supermercados y en los campos deportivos representan su propia clase de apocalipsis; la mayoría de nosotros se siente impotente ante esto.
Por supuesto, las calamidades ocurren. Una mañana en septiembre de 1859, el astrónomo británico Richard Carrington estaba en su observatorio cuando vio una erupción solar de luz blanca, una enorme explosión magnética en el sol.
A ésta le siguió la tormenta geomagnética más grande jamás registrada en la Tierra. Los telégrafos se vieron afectados a través de toda Europa y de Estados Unidos.
El temor de mi marido es que se repita un evento Carrington: una severa tormenta geomagnética que esta vez paralice las redes de energía eléctrica, el sistema de posicionamiento global (GPS, por sus siglas en inglés) y los satélites.
En 2012, los científicos sugirieron que la probabilidad de que se diera tal tormenta dentro de una década era de hasta 12%. En el peor de los casos, habría millones de personas, hospitales y empresas sin electricidad durante meses. Tal vez vale la pena prepararse para esta posibilidad —una en ocho— de caos.
Entonces, ¿cuándo es que preparase no es paranoia sino planificación razonable? Tom Martin, el fundador de la American Preppers Network, la cual cuenta con 35.000 miembros del foro y 230.000 seguidores en Facebook, me dijo: "La definición de 'prepper' (preparador) es 'alguien que se prepara'. Así es que si alguien almacena alimentos adicionales y suministros de emergencia en caso de un desastre, entonces es, por definición, un 'prepper'... Es una cuestión de variación de los grados".
Tarea del gobierno
Con frecuencia me encuentro navegando por ready.gov, un sitio web administrado por el gobierno estadounidense. La página de inicio muestra a una familia sentada en sofás, sonriendo.
"Planea con anticipación para los desastres", dice el texto. "Habla con tu familia". Examinando la lista de artículos que el gobierno recomienda, estoy consternada al descubrir los pocos de ellos que poseemos. ¿Debo comprar una radio de cuerda y un silbato?
Amin señala que el énfasis en la preparación individual puede estar fuera de lugar. "Donde se encuentran poblaciones realmente resistentes, ellas a menudo comparten la responsabilidad con sus familias y sus comunidades. Y la historia de preparase para el apocalipsis es la historia de la preparación gubernamental y de la infraestructura".
Considero que esto significa que, en vez de acumular suministros, debemos invitar a los vecinos a comer pastel y presionar al gobierno para que invierta en cosas como el transporte y las reservas de energía eléctrica. Ésa es la clase de preparación que yo puedo respaldar. Pero puede que también compre una radio de cuerda, por si acaso.