Por Ed Crooks
New York
Los líderes empresariales de EEUU despertaron ayer pensando en cómo trabajar con un presidente que muchos de ellos habían intentado detener. En una campaña electoral que se estima tendrá un costo récord de US$ 6.000 millones, las empresas dieron más a Mitt Romney y otros candidatos republicanos que a los demócratas, pero sus inversiones mostraron poco retorno en la noche del martes.
Los ejecutivos están enfrentando la perspectiva de dos años más que son muy parecidos a los dos previos, con los demócratas en la Casa Blanca y controlando el Senado, pero con republicanos dominando la Casa de Representantes.
Las respuestas más rápidas a ese resultado vienen de compañías y grupos que instan la cooperación bipartidista para evitar el “abismo fiscal”: el alza automática de impuestos y recortes de gasto que rigen a partir del 1 de enero a menos que el Congreso llegue a un acuerdo para evitarlos.
Randall Stephenson, CEO de AT&T, el grupo de telecomunicaciones, dijo que el problema ya estaba retrasando inversiones empresariales. “Está trabajando como un estrangulador del crecimiento económico ahora y necesita ser dirigido muy pronto”.
John Engler, presidente del Business Roundtable (BRT), un grupo que representa a directores ejecutivos de grandes compañías, instó a los políticos a alcanzar un acuerdo antes de fines de año. “Los líderes empresariales estadounidenses llaman al Congreso y a la administración a tomar decisiones rápidas en la sesión del Congreso saliente y evitar interrupciones innecesarias”.
Peticiones de compañías
El BRT reiteró los puntos por los que las empresas habían estado presionando antes de las elecciones: una reducción en el endeudamiento durante los próximos cinco años, recorte en los tributos corporativos, regulación empresarial más simple, y apoyo a la producción de energía en EEUU.
La Cámara de Comercio estadounidense, otro grupo empresarial, dijo que había hecho “el mayor esfuerzo de educación a votantes, apoyo al candidato y obtención de votos en nuestros 100 años de historia” para pelear por políticas pro empresas, y afirmó que habían sido exitosos. También pagó por publicidad de opositores a los demócratas en el Senado, pero reconoció que esos esfuerzos no rindieron frutos.
Tom Donohue, presidente de la Cámara de Comercio de EEUU, comentó: “Es el sector privado el que impulsa el crecimiento económico y los puestos de trabajo, y es responsabilidad del gobierno trabajar en una base bipartidista para aprobar las políticas que liberarán al sector privado y ayudarán a los estadounidenses a volver al trabajo”.
El mayor gasto en la campaña 2011-2012 provino de los sectores financiero, de seguros e inmobiliario, los que gastaron un total de
US$ 535 millones, según el Centro para Políticas Receptivas. De eso, 52% fue a los candidatos republicanos y sólo 24% a los demócratas.