Por D. Schäfer/T. Burgis
Londres
El nuevo presidente ejecutivo de Citigroup no ha desperdiciado tiempo imprimiendo su sello en el banco estadounidense, al eliminar 11 mil trabajos, lo que se suma a una ola de recortes de personal a lo largo de la industria de servicios financieros.
Michael Corbat, quien tomó el timón hace menos de dos meses y es conocido por su foco en los costos, anunció reducciones en el negocio de consumo del banco en los mercados emergentes, en las operaciones globales de retail, en el banco de inversión y en las funciones de soporte.
Las operaciones bancarias de consumo sufrirán la peor parte de los recortes, en lo que uno de los banqueros de Citi describió como “cosechar las frutas de las ramas bajas”, dada su falta de escala en los cinco mercados –desde Turquía hasta Uruguay– donde el banco venderá o reducirá esas unidades.
“Dado el ambiente desafiante, necesitamos seguir siendo disciplinados en cómo asignamos nuestros limitados recursos”, dijo Corbat a sus empleados a través de una nota.
Estos recortes se suman a un rápido encogimiento del banco de Wall Street en los últimos años luego de que fuera fuertemente golpeado por la crisis financiera y tuviera que ser rescatado.
Su plantilla se ha reducido en 113 mil desde 2007, siguiendo la venta de sus negocios regionales y el programa de despidos.
Las últimas reducciones equivalen a 4% de los 262 mil trabajadores que había hasta fines de septiembre. La noticia fue bien recibida por los inversionistas, con las acciones de Citi subiendo 7% ayer en la mañana.
Los recortes de personal llegan luego de miles de pérdidas de trabajo a lo largo del sector desde el colapso de Lehman Brothers, hace cuatro años, a medida que los bancos tratan de lidiar con mayores requisitos de capital, menores ingresos y crecientes costos de tecnología.
Una serie de blancos globales incluyendo Deutsche Bank, Morgan Stanley y HSBC también están en medio de una disminución de costos y personal.
La rápida movida del nuevo presidente ejecutivo le permitiría al banco cumplir con gran parte de los
US$ 1.100 millones de costos de reestructuración en su primer trimestre en el cargo, pavimentando así el camino para un inicio casi limpio a partir del próximo año.