Por Emiko Terazono
Londres
Como si la vida en la económicamente aproblemada periferia de la eurozona no estuviera lo suficientemente mal, la emblemática cultura del café del sur de Europa está bajo amenaza. Los italianos están teniendo una reducción en sus cappucinos y espressos, y los españoles están dejando sus cortados, impulsando una brusca caída en los precios al por mayor del café.
La industria del café ha visto por mucho tiempo la demanda del brebaje como constante, pero ahora el consumo per cápita está cayendo en Italia y España a niveles vistos hace cinco o seis años, en gran parte debido a la crisis de deuda.
El costo del café Arabica de alta calidad en Nueva York, la referencia global, cayó 40% desde un máximo de 34 años establecido el año pasado a US$ 1,75 la libra. El año pasado los precios del Arabica se elevaron
US$ 3,089 la libra después de que Colombia, el mayor productor de granos de alta calidad, tuvo una cosecha pobre debido al mal tiempo.
En Italia, el tercer mayor importador de café por volumen, la demanda cayó el año pasado a 5,68 kilogramos por persona, el más bajo en seis años, según la Organización Internacional de Café, grupo que representa a los grandes productores y países consumidores.
“Los cuatro años de desaceleración económica están golpeando la cantidad de café que toman los italianos”, dijo Alessandro Polojac, presidente de la asociación industrial Comitato Italiano Caffé.
La historia es sorprendentemente distinta en los países menos aproblemados de la eurozona. En Alemania y Francia, los mayores importadores de café en Europa, el consumo está elevándose. En España, sin embargo, el cuarto importador europeo y otro país afectado por la crisis, ha visto su consumo per cápita volver a los niveles de 2007.