Por Carola Hoyos
Desde hace unos días, tres de las mayores compañías de defensa de EEUU tienen a mujeres al mando. Marillyn Hewson en Lockheed Martin, el mayor contratista de defensa del país por ingresos, y Phebe Novakovic en General Dynamics, su cuarto mayor proveedor de efensa, tomaron el cargo de directoras ejecutivas en sus respectivas compañías el 1 de enero. Al hacerlo, están siguiendo los pasos de Linda Hudson, que fue la primera directora en el sector de defensa de EEUU en 2009, cuando se transformó en la cabeza de la filial estadounidense de BAE, el grupo de defensa del Reino Unido.
Pero eso no es todo. En una industria donde el manejo de equipos ha estado tradicionalmente liderado por hombres, las mujeres también están llenando puestos bajo el cargo de CEO.
Cuando Boeing Defence a fines del año pasado reorganizó sus cargos ejecutivos y creó siete nuevos roles de liderazgo, cuatro fueron ocupados por mujeres; seis de los catorce miembros del equipo senior de administración de Northrop Grumman son mujeres. En Lockheed Martin, tres de los siete mayores cargos los ocupan mujeres.
Algunos observadores creen que el impacto podría ser importante: “si hay sólo 10% de las mujeres en los cargos ejecutivos ellas tienden a hacer eco de la opinión de la mayoría. Una vez que llegan a 30% o más, ellas son mucho más capaces de expresar un conjunto más amplio de metas y ambiciones en el lugar de trabajo”, comentó Sylvia Ann Hewlett, fundadora del think tank Center for Talent Innovation (CTI).
Cambio demográfico
Loren Thompson, analista de defensa y director de operaciones en Lexington Institute, opinó que la industria de defensa en EEUU está en medio de “un revolucionario cambio demográfico que pronto podría hacer a las mujeres el género dominante entre los ejecutivos senior”. Pero Thompson no espera que eso traiga un cambio importante: “Para ser exitosas en la industria de defensa, las mujeres deben adaptarse a los mismos criterios de desempeño que enfrentan los hombres”.
Sin embargo, Hudson cree que su experiencia como mujer en la industria influye en cómo maneja BAE. Se graduó como la única ingeniera de su clase en la Universidad de Florida, y ha comentado que para ella era imposible convertirse en astronauta o piloto de combate debido a su género. Además, comenzó su carrera cuando no existían leyes de acoso sexual.
En 2009, cuando se convirtió en jefa de BAE, le dijo al New York Times: “sé lo que se siente cuando eres invisible en una sala, y sé cómo es tener que hallar las habilidades para superar eso y aún así ser buena y tener éxito y no dejar que te derrote”.
Los nombramientos llegan en momentos en que las firmas de defensa se ven obligadas a cambiar su forma de operar, debido a los profundos recortes presupuestarios y nuevos y estrictos términos de contrato.
Hewson atribuye su éxito a la disposición a asumir riesgos y seguir abierta a nuevas ideas. Thompson destaca que su humildad le servirá para arreglar la relación de Lockheed con su mayor cliente, el Pentágono, algo que según los analistas es máxima prioridad. Las relaciones se tensaron luego de demoras y aumento de costos en el programa de aviones de combate, el más caro de la historia.
Su nombramiento el año pasado fue una sorpresa, incluso para ella. Ocurrió luego de que la persona designada renunciara por una relación inapropiada con un subordinado.
De hecho, el aumento del número de mujeres en altos cargos en firmas de defensa ha tomado por sorpresa a muchos en la industria.
En reuniones recientes de importantes contratistas de defensa de EEUU, la marea usual de trajes oscuros superaba por mucho el pequeño contingente de mujeres, la mayoría de las cuales habían llegado a posiciones inmediatamente inferiores a CEO.
Muchos de los proveedores, funcionarios de defensa y analistas en las reuniones parecieron sorprendidos mientras otros recitaban los nombres de mujeres en altos cargos de firmas de defensa.
Escasez de talento
Los nombramientos pueden ser vistos como el fruto de los esfuerzos iniciados hace 30 años para persuadir a más ingenieras y científicas a entrar al sector de defensa, en parte como una respuesta a una constante escasez de ingenieros calificados. “Muchas de las compañías de ingeniería han invertido una enorme cantidad de tiempo y atención en la preparación femenina, y la razón es, especialmente en EEUU, que hay una falta de ingenieros calificados y talento tecnológico”, añade Lauren Leader-Chivée, del Center for Talent Innovation.
Aun así, en un estudio de 2007 el think tank encontró que más de la mitad de las ingenieras calificadas en EEUU estaban cambiándose a otras profesiones (frente a 40% de los hombres), lo que afectará el número disponible para seguir carreras de alto nivel en las compañías de defensa.