Por Richard McGregor
La manera en que la clase política de EEUU marcó el inicio del año nuevo da pocas esperanzas de que sus líderes puedan unirse para impulsar el crecimiento y la inversión en la mayor economía mundial.
El acuerdo en el Senado de EEUU en la madrugada del 1 de enero para evitar el abismo fiscal, aprobado horas después por la Cámara de Representantes, fue otro ejemplo de la disfuncionalidad del sistema político local.
No es sorprendente que EEUU aún sufra las réplicas de la devastadora crisis financiera de 2007, pero ahora su economía sufre permanentemente un alto nivel de riesgo político. La incapacidad del sistema político de resolver las principales cuestiones sigue amenazando la confianza de empresas y consumidores.
En los primeros meses de 2013, la Casa Blanca, demócratas y republicanos enfrentarán tres momentos presupuestarios claves: discutirán si aumentan el techo de la deuda a mediados de mayo; sobre recortes automáticos de gasto aplazados hasta el 1 de marzo de acuerdo al trato sobre abismo fiscal; y la necesidad de que el Congreso apruebe un nuevo presupuesto a fines de marzo. Las partes iniciarán la negociación con desconfianza tras el acuerdo de año nuevo que no satisfizo a nadie.
La negociación sobre el techo de la deuda es de particular peligro. Una disputa similar en 2011 dañó la economía y causó una rebaja de calificación.
La economía ha sido relativamente resiliente desde entonces. Esperanzadores son los indicios de recuperación en el sector inmobiliario, cuya debilidad ha pesado en la economía por cuatro años, y del empleo en el sector de la construcción.
Sin embargo, los optimistas han sido decepcionados antes. Cada año desde que comenzó la recuperación en 2009, los analistas han esperado el gran repunte de la economía, y siempre queda para el año siguiente.
A fines de 2009, 2010 y 2011 se esperaba crecer 3% ó 4% el año siguiente. Nunca ocurrió: la economía ha estado estancada en el 2%.
Ahora, aunque la amenaza de la recesión ha retrocedido, los economistas tienen dificultades para explicar de dónde vendrá la demanda extra, especialmente porque el estímulo oficial de 2010-2012 ahora comienza a revertirse.
El acuerdo de año nuevo aumentó los impuestos a los ricos y eliminó un alivio temporal tributario a los salarios, por lo que se requiere una recuperación sólida en el sector privado sólo para mantener la economía en marcha.
Por lo tanto, la economía de EEUU seguiría vadeando el pantano otro año más. Y por si fuera poco, la política podría empeorar las cosas.