Los demócratas, desesperados por derrotar a Donald Trump, se preguntan si es tiempo de enfrentar al ex presentador de realities recurriendo a una superestrella. La noche del domingo, Oprah Winfrey electrificó a un salón lleno de celebridades en la ceremonia de los Globos de Oro con un llamado a la justicia para mujeres en una cultura “quebrantada por hombres brutalmente poderosos”, gatillando especulaciones de que está contemplando postular a la presidencia en 2020.
La fuerza del atractivo de Winfrey es incuestionable: una multimillonaria de los medios y los negocios artífice de su propio éxito, que tiene una enorme influencia cultural, pero no tiene el bagaje político que le pesó a Hillary Clinton. En la era Trump, donde conocer a los medios y tener estatus de outsider ha demostrado ser más valioso que un entendimiento detallado de la política o la gobernanza, algunos analistas argumentan que podría ser una seria contendora.
Pero la noción de que los demócratas deban recurrir a un neófito político sin una plataforma política clara para luchar contra Trump preocupa a los estrategas cautelosos de promocionar a personas sin experiencia política al alto cargo. Algunos temen que la especulación sobre las intenciones de las celebridades absorberá el oxígeno de los debates de política no resueltos del partido y afectará las posibilidades de los demócratas con historial de gobierno sólido.
“Mi temor es que seamos seducidos por celebridades”, dijo Rebecca Katz, estratega demócrata y socia de Hilltop Public Solutions. “Si Oprah se postula, será muy difícil para cualquier otro demócrata obtener algún tipo de atención”.
Estrellas en la lista
El sorprendente éxito de Trump contra Clinton en noviembre de 2016 alentó la visión de que las credenciales políticas tradicionales ya no son un activo electoral importante. El director ejecutivo de Facebook, Mark Zuckerberg, alimentó los rumores de sus ambiciones presidenciales en 2017, cuando hizo de su resolución de Año Nuevo visitar y conocer gente de todos los estados. En 2018, sin embargo, se ha puesto el desafío de solucionar “temas importantes” en la red social, sugiriendo que su prioridad inmediata no es la política.
Otro posible candidato es Howard Schultz, quien renunció como CEO de Starbucks el año pasado. Apoyó a Clinton en 2016, pero dijo de su propio futuro político: “Nunca diré nunca”.
En Hollywood, a menudo se menciona a George Clooney como un posible contendor, aun cuando el actor ha descartado tener aspiraciones políticas, diciendo a Variety: “Creo que tener como presidente a una celebridad que tiene una estrella en el Hollywood Boulevard (refiriéndose a Trump) exorcizará nuestra necesidad de tener a alguien famoso en el cargo”.
Dwayne “La Roca” Johnson, la estrella de acción conocida por la serie Fast and Furious, ha dicho que está “considerando seriamente” postular a la presidencia, aunque no está claro a qué partido representaría. Mark Cuban, el multimillonario propietario de los Dallas Mavericks y estrella del reality “Shark Tank”, dijo en octubre a CNBC que estaba “considerando activamente” una candidatura presidencial, pero que la oposición de su esposa significaba que había un 90% de posibilidades de no hacerlo. Jeremy Rosner, consultor político de Greenberg Quinlan Rosner Research, dijo que la victoria electoral de Trump inclinó la política hacia quienes entienden el ambiente de los medios. La oposición a sus políticas impulsó la candidatura a cargos públicos de personas sin antecedentes políticos en actos de “idealismo cívico”. Pero Rosner enfatizó que la política es “un campo difícil” y que muchos outsiders subestimaron las habilidades involucradas, como sobrevivir a los debates, superar las agotadoras primarias presidenciales, contratar personal y construir coaliciones.
Elaine Kamarck, ex funcionaria de Bill Clinton y ahora en Brookings, argumenta que los votantes tienden a buscar candidatos que representen lo opuesto al presidente previo, lo que hace poco probable que opten por otra celebridad sin experiencia de gobierno.
Entre los políticos, los candidatos que suenan son senadores conocidos como Bernie Sanders, Elizabeth Warren, Cory Booker, Kamala Harris y Kirsten Gillibrand. Lejos del Senado, se especula con el ex vicepresidente Joe Biden, quien lamentó no postularse para presidente, y los gobernadores Deval Patrick y John Hickenlooper .
Mientras tanto, el partido enfrenta preguntas difíciles sobre su futuro, incluyendo cómo volver a conectarse con la clase trabajadora blanca que votó por Trump. Katz dijo que creía que Winfrey sería mucho mejor presidenta que Trump, pero “en realidad no sé qué representa (...) Es un momento confuso para los demócratas porque sólo quieren ganar”.