Por Michael Peel y Camilla Hall
Abu Dhabi
La oposición de Kuwait se prepara para una manifestación pública masiva hoy, mientras las autoridades intentan esquivar las críticas de una represión esta semana y los medios locales culpan a la Hermandad Musulmana por los problemas.
Miembros de la oposición -que incluye a seguidores de ex miembros de la Hermandad Musulmana tribales e islamistas- han reaccionado negativamente ante las acusaciones y prometieron reunirse pese a la dura reacción a una de las mayores protestas del país, el domingo.
La crisis política que se profundiza en uno de los mayores productores de petróleo, que por mucho tiempo fue uno de los estados más democráticos del Golfo, resuena en las monarquías autocráticas vecinas, algunas de las cuales se presentan a sí mismas como enfrentando una amenaza del extremismo islámico o sectario.
“El problema de la familia gobernante de Kuwait con la escalada de las protestas es que podrían llegar a un momento crítico donde ya no estén en control de los eventos”, dijo Kristian Coates-Ulrichsen, especialista en el Golfo de la London School of Economics. “El cambio en Kuwait es una lección para otros países del Golfo: ¿será incremental y consensuado, o violento y forzado?”.
Los miembros de la oposición de Kuwait planean reunirse en la plaza Erada, en la ciudad de Kuwait, comunicaron los activistas, pese a una prohibición oficial a las reuniones de más de 20 personas que se impuso después de las manifestaciones del domingo. “La gente no puede jugar fútbol si esa regla es cierta”, aseguró un activista pro-reforma. “Todo lo que quieren es la luz verde para la violencia”.
Al menos 29 personas resultaron heridas y quince fueron detenidas en las protestas del domingo, en la que testigos dijeron que las fuerzas de seguridad usaron bombas de ruido y gas lacrimógeno contra los manifestantes pacíficos. La protesta, que reunió a decenas de miles, fue provocada por los cambios en el proceso electoral que los miembros de la oposición aseguran que los limitará en las elecciones parlamentarias de diciembre.
Tareq al-Mezrem, vocero del gobierno de Kuwait, dijo que el gobierno permitirá que las personas se reúnan en la plaza Erada, pero advirtió que enfrentarán acciones si “salen un metro” del lugar.
Los desacuerdos políticos no son nuevos en Kuwait, que -de forma única en el Golfo- tiene un parlamento electo, pese a que la máxima autoridad es ejercida por el emir y otros miembros de familia al-Sabah, la familia gobernante. Pero muchos habitantes han expresado conmoción por la dureza de la represión.