Por Scheherazade Daneshkhu
París
Jordi Constans, el recientemente designado jefe de Louis Vuitton, la empresa francesa de productos de cuero del consorcio de lujo LVMH, renunció sorpresivamente por problemas de salud.
Constans había asumido el cargo hace apenas cuatro semanas de manos de Yves Carcelle, el veterano jefe de la marca insigne de LVMH y su principal fuente de ganancias.
Esto siguió a una iniciación de un año en que Constans, de 48 años y ex ejecutivo de Danone, el grupo francés de yoghurt, ensombreció a Carcelle.
Bernard Arnault, presidente y CEO de LVMH, afirmó: “Jordi Constans ha mostrado un notable liderazgo, que le ha otorgado el respeto de todo el equipo. Comprendió perfectamente las oportunidades de esta marca icónica. En nombre de todo el grupo, le deseo a Jordi una plena recuperación”.
La enfermedad de Constans es grave y no le permitirá trabajar normalmente, señaló una persona cercana a LVMH. Constans será reemplazado por Michael Burke, un ejecutivo incondicional de LVMH, que desde febrero ha sido CEO de Bulgari, el fabricante italiano de joyas que LVMH compró el año pasado.
Burke es considerado confiable y cercano a Arnault. En sus 26 años en el grupo galo ha desempeñado altos cargos en Christian Dior Couture y ha sido el CEO de Fendi, la firma de productos de cuero.
“Estoy convencido de que es el líder adecuado para el futuro de Louis Vuitton; desarrollará las iniciativas lanzadas por Jordi Constans, con la visión y el impulso para continuar avanzando en la posición líder de Louis Vuitton en el lujo”, señaló Arnault.
Louis Vuitton, cuyo característico logo es la firma sobre sus carteras, representó el año pasado el 27% de las ventas del grupo, pero el 52% de sus ganancias.
Ha crecido rápidamente bajo el liderazgo de 22 años de Carcelle, “lo que muestra la magnitud del desafío que espera a su sucesor”, afirmó Thomas Mesmin, analista de Cheuvreux, que calcula que Louis Vuitton ha experimentado un crecimiento anual combinado de 12% en dicho período.
“Yves Carcelle cambió la marca, convirtiéndola en la principal marca de lujo del mundo”, afirmó. Las ventas de Louis Vuitton han subido de 635 millones de euros en 1990 a 7.500 millones de euros previstos para este año.
Una caída de las ventas orgánicas, en particular en Asia, ha puesto en duda la capacidad de mantener esta tasa de crecimiento, dado su tamaño, omnipresencia y vulnerabilidad a cambios en los gustos de los consumidores.
Antoine Belge, analista de HSBC, afirmó en una reciente nota: “aunque Louis Vuitton se benefició de ser un pionero en China hasta 2011, ahora las marcas más pequeñas están creciendo con mayor velocidad debido a la creciente sofisticación de los consumidores chinos”.