Por j. Chaffin y N. Hume
Bruselas/Sidney
La Unión Europea (UE) y Australia acordaron vincular sus mercados de carbono en una jugada que ambos lados esperan que siente las bases para un sistema de operaciones globales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Bruselas está tratando de acelerar ese proceso al abrir negociaciones con posibles colaboraciones con Corea del Sur, China y el estado de California, donde los mercados de carbono están en varias etapas de desarrollo.
El vínculo de Australia provocó una corta racha alcista en los permisos de carbono de la UE, con precios que saltaron cerca de 4% a medida que los operadores anticiparon más demanda. Esas ganancias posteriormente se evaporaron. Cada permiso da a las fábricas, aerolíneas y otros tenedores el derecho a emitir una tonelada de carbono cada año sin multas.
El apoyo de Australia entrega la necesitada validación para una pieza central de la política climática europea que ha sido acosada por problemas desde su introducción en 2005, como el fraude criminal, robo y un exceso de permisos.
Greg Combet, el ministro australiano de Clima y Energía, comentó que el acuerdo “reafirma que los mercados de carbono son el vehículo principal para frenar el cambio climático y el medio más eficiente para alcanzar las reducciones de emisiones”.
Connie Hedegaard, la comisionada de cambio climático de la UE, acogió el acuerdo como “el primer vínculo internacional completo de sistemas de operaciones de emisiones” y añadió que “construiría más impulso hacia el establecimiento de un sólido mercado de carbono internacional”.
Las negociaciones con Corea del Sur, que lanzará su propio mercado en 2015, están particularmente avanzadas, según una autoridad de la Comisión Europea.
El bloque está también enfocado en China, la que está desarrollando un proyecto piloto para abrir mercados de carbono en siete áreas altamente pobladas, como Beijing.