Los rendimientos de los bonos españoles alcanzaron ayer su mayor nivel desde la introducción del euro, en medio de la disminución de la confianza de los inversionistas en que Europa pueda evitar que su crisis de deuda empeore y por el debate entre las autoridades sobre cómo implementar una supervisión bancaria transfronteriza.
El interés de las letras españolas a 10 años alcanzó 6,8% a sólo días que los ministros de la eurozona acordaran un plan de rescate por 100.000 millones de euros para los bancos del país.
La medida fue acompañada por el aumento del rendimiento de bonos considerados menos riesgosos, como Alemania y el Reino Unido, donde las tasas de interés del mercado han estado en mínimos récord.
“La crisis se está deteriorando a un ritmo cada vez mayor”, señaló Mark Schofield, estratega senior de Citigroup. “Los inversionistas incorporan cada vez más a precio los dos riesgos: quiebre total de la eurozona o unión fiscal”, añadió.
Las autoridades insisten en que la Unión Europea tiene suficientes mecanismos de corto plazo para lidiar con la crisis en forma de fondos de rescate, mientras el debate sobre las medidas de largo plazo ha pasado hacia la coordinación fiscal y supervisión bancaria a nivel europeo.
La canciller alemana, Angela Merkel, se pronunció a favor de una regulación bancaria europea, aunque evitó respaldar un esquema de resolución regional, ya que Berlín teme que podría cargar al país con obligaciones conjuntas de deudas ajenas.
“Alemania -y puedo decir esto por todo el país- está preparada para hacer más en integración, pero no podemos involucrarnos en cosas que estoy convencida llevarán a un desastre aún mayor que la situación en que estamos hoy”, señaló.
El ministro británico de Finanzas, George Osborne, se preguntó si la salida de Grecia del euro es el precio que hay que pagar para convencer a Alemania de salvar la moneda común.
“No sé si el gobierno alemán necesita una salida griega para explicar a su opinión pública por qué deben hacer ciertas cosas como unión bancaria, eurobonos y cosas en común con eso”, dijo.
Vítor Constâncio, el vicepresidente del Banco Central Europeo, opinó sobre la unión bancaria que el BCE debería estar a cargo de la supervisión de los principales bancos de la eurozona.
Las declaraciones subrayan la determinación de las autoridades del BCE para impulsar la unión bancaria, a pesar del Bundesbank alemán y el riesgo de luchas internas perjudiciales con otras instituciones de la UE.
Desde su lanzamiento en 1998, la principal tarea del BCE ha sido el control de la inflación, pero Constâncio aseguró que los tratados de la UE ya incluyen provisiones para darle responsabilidades supervisoras mayores.
Sin embargo, confirmó que el BCE aún no tiene una posición formal.