Por Ben Bland/Nguyen Phuong
, Londres/hanoi
El martes, Trinh Van Yen, de 72 años, fue al banco en medio de una fuerte tormenta en Hanoi. “Mi hijo me dijo que debía sacar todo mi dinero”, cuenta.
La razón que llevó a Yen y otros a retirar cientos de millones de dólares del Asia Commercial Bank, uno de los principales bancos privados locales, fue el arresto la semana pasada de su cofundador, Nguyen Duc Kien, por sospecha de delitos económicos.
Kien es una “poderosa persona tras bambalinas”, según un inversionista. Muchos en Vietnam vinculan su caída a una lucha de poder entre el primer ministro, Nguyen Tan Dung, y sus rivales, que se intensificó por el deterioro económico que afecta a Vietnam. “El tema ACB muestra la falta general de transparencia, débil gobernabilidad corporativa, fraude, corrupción y operaciones ilegales”, dice Karolyn Seet, analista de Moody’s.
La inflación amplía la desigualdad social y socava la confianza en la moneda. Un intento de Dung de impulsar campeones industriales fracasó y dos navieras locales quebraron. En los bancos la cartera vencida alcanza niveles “alarmantes”, según el banco central, luego de que la expansión del crédito causara una burbuja inmobiliaria y de inversiones.
El primer semestre de 2012 el PIB subió 4,4% desde el año previo, frente a la tendencia pre-crisis de más de 7%.
Analistas dicen que la crisis no sólo es económica, sino también política, ya que los viejos líderes no han podido adaptarse a la realidad de una economía cada vez más globalizada. El esfuerzo por reformar las empresas públicas y combatir la corrupción se debilita.
“Reducir la corrupción es muy difícil porque beneficia a funcionarios e inversionistas”, dice Dang Hung Vo, un ex funcionario.
Con la desaceleración crece la violencia social, como choques por tierras y huelgas ilegales, y el desacuerdo en la cúpula del gobernante Partido Comunista.
Muchos creen que Dung concentra demasiado poder y muestra favoritismo por algunos conglomerados privados y firmas estatales.
Tras no poder sacar a Dung en la renovación quinquenal en 2011, su rival, el presidente Truong Tan Sang, ha intentado pasarlo por alto con llamados a reformas y contra la corrupción. La semana pasada dijo que Vietnam está bajo presión por “las firmas estatales quebradas, la degradación política y del estilo de vida de algunos dirigentes”.
En un acto simbólico, este mes el partido quitó al primer ministro el control del comité anticorrupción y restableció su departamento de control interno.
“Cuando la economía está en problemas y la gente pierde dinero, el partido sabe que será culpado”, afirma un alto funcionario.
Para Adam Fforde, experto de la Universidad de Victoria, en Australia, la crisis política no es sólo por un hombre. “Hay un vacío político entre la élite en Vietnam y hay mucho desprecio popular hacia ella. No será fácil salir de esta situación”.