Agencias esperan para dar veredicto sobre reducción del déficit de EEUU
Mientras los republicanos y demócratas maniobran para evitar el abismo fiscal...
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Por Robin Harding, Washington
Mientras los republicanos y demócratas maniobran para evitar el abismo fiscal, tienen que recordar a un destinatario crucial: las agencias calificadoras que evalúan el crédito de Estados Unidos.
Cuando se logra un acuerdo sobre la reducción del déficit, la apolítica Oficina Presupuestaria del Congreso será la jueza, las agencias calificadoras serán el jurado y —si su respuesta es culpable de muchísima deuda futura— los mercados serán los verdugos.
Eso significa que es crucial para los negociadores del presupuesto entender cuál es la posición de las agencias calificadoras y qué provocaría una rebaja - especialmente porque hay diferencias entre Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s.
Las tres adoptan una postura ligeramente diferente en los posibles eventos que se aproximan: otra disputa sobre elevar el límite de la deuda; una caída por el abismo fiscal, a medida que la ronda de aumento de impuestos y recortes en el gasto que entrarán en vigor a fin de año es conocida; y un acuerdo para tratar los déficits de largo plazo.
La crisis del año pasado sobre el techo de la deuda provocó que S&P recortara su rating a AA+, en parte por el disfuncional proceso político, pero es poco probable que vuelva a rebajarla por esa razón. “Creo que eso ya está considerado en el rating”, dice John Chambers, director gerente de la compañía para las notas soberanas.
También es poco probable que Moody’s recorte su triple A, siempre y cuando el techo de la deuda sea elevado antes de la fecha límite, que sería en marzo. “Nuestro foco está siempre en el resultado”, dice Steven Hess, analista líder de Moody’s.
Pero los políticos no deberían considerar esa licencia para otra ronda de política arriesgada sobre el techo de la deuda, porque la tercera agencia, Fitch, toma una línea más escéptica. “Una repetición de la experiencia de 2011 no sería consistente con que Estados Unidos retenga un rating AAA”, dice David Riley, jefe de calificaciones de soberanos globales de Fitch.
Caerse del abismo fiscal es más ambiguo para las agencias, porque las fuertes alzas en impuestos y los recortes en gasto harían al presupuesto más saludable, pero probablemente también provocarían una recesión. “Probablemente eso no afectaría nuestra calificación”, dice Hess de Moody’s. “La consecuencia inmediata de caerse al abismo fiscal es un aumento en los ingresos y recortes en el gasto”.
“Es difícil ser definitivo”, dice Riley, observando la agresividad de los recortes en gasto. “Es debatible si es que el abismo fiscal realmente entregaría, al menos en el mediano plazo, una reducción del déficit sostenible. No trata la inflación de los costos de salud y todavía deja el ineficiente código tributario”.
En lo que sí concuerdan las agencias es en que quieren ver un acuerdo en algún momento en 2013 que cambie el futuro camino del endeudamiento de Estados Unidos.