Varios países latinoamericanos
reclamaron hoy a las instituciones financieras internacionales,
como el FMI y el BM, una mayor flexibilización en sus líneas de
crédito para afrontar una crisis que llama ya a sus puertas y que
repercute en sus economías.
El Programa de la ONU para el Desarrollo (PNUD) y la Agencia
Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECI)
organizaron hoy el II Foro del Pensamiento Social Estratégico en
América Latina, en el que se analizaron las maneras en que la región
ha de enfrentar la crisis financiera desatada en los países ricos.
"Las condiciones de crédito en los países ricos se han endurecido
y ello afectará al flujo de financiación hacia las economías de la
región", afirmó hoy el ministro de Finanzas de Costa Rica, Guillermo
Zúñiga, quien pidió mayor flexibilidad a las instituciones
financieras, ante la eventualidad de que los países pudieran
necesitar liquidez.
En esa misma línea se expresaron otros ministros de la región y
la directora regional del PNUD para América Latina, Rebeca Grynspan,
quien subrayó "la necesidad de que esas líneas de crédito que puedan
dar liquidez a las economías estén disponibles de forma rápida y no
condicionada".
Para ayudar a las naciones a superar la crisis a corto plazo, el
Fondo Monetario Internacional (FMI) puso en marcha a fines de
octubre un fondo de US$100.000 millones para dar préstamos
de emergencia sin condiciones a países con buenas políticas
económicas, pero con problemas de liquidez.
Grynspan indicó, durante un encuentro con la prensa, que aunque
en los últimos años el crecimiento en "América Latina ha sido
dinámico e ininterrumpido, sin duda de los mejores desde la crisis
de la deuda (en los ochenta), eso no se va a repetir en un periodo
cercano porque la crisis ya se ha desatado".
"América Latina, sin duda alguna, no es inmune a esta crisis",
indicó la responsable del PNUD para la región, quien se refirió a la
necesidad de que los países puedan combinar a tiempo políticas
fiscales contracíclicas y acceder a liquidez para afrontar la
situación.
Para el responsable de Finanzas de Costa Rica, la "situación es
muy compleja en este momento, pues aunque América Latina se venía
desarrollando de manera consistente y con tasas de crecimiento
aceptables, los problemas del mundo rico nos pasan la factura".
Zúñiga se refirió así a las previsiones de reducción de las
exportaciones hacia esas naciones desarrolladas, así como a una baja
de las inversiones extranjeras, del turismo o de las remesas de los
inmigrantes, entre otros, que afectarán al mundo en desarrollo.
Por su parte, la ministra coordinadora de Desarrollo Social de
Ecuador, Natalie Cely, destacó la necesidad de que "haya mecanismos
regionales propios para responder a la crisis" dentro de América
Latina.
"A Honduras desde hace diez meses sí nos está afectando la
crisis", admitió la ministra de Finanzas de ese país, Rebeca Santos,
quien indicó que la nación centroamericana ha perdido en ese periodo
de tiempo tres puntos porcentuales de un crecimiento económico que
se situó en el 6 por ciento del Producto Interior Bruto en los tres
últimos años.
Los países emergentes no quieren "que una crisis no generada en
el mundo en desarrollo nos venga a vulnerar nuestros propósitos de
reducción de la pobreza y de los Objetivos de Desarrollo del
Milenio" (ODM), afirmó.
Apuntó que la crisis les llegó "a una velocidad acelerada, pero
la respuesta a la misma no está llegando con la misma velocidad", al
tiempo que insistió en que las respuestas "no pueden darse con
recetas del pasado, obsoletas, en un mundo globalizado".
Por su parte, la primera dama de Guatemala y presidenta del
Consejo de Cohesión Social de su país, Sandra Torres de Colom,
indicó que las autoridades guatemaltecas "apuestan por la
integración económica en Centroamérica", para mejorar las
oportunidades como un bloque.
En este foro también participó el premio Nobel de Economía Joseph
Stiglitz, quien señaló que aunque "Latinoamérica está en una mejor
posición que hace 5 ó 10 años", los gobiernos de la región tienen
que "tener cautela y no ser demasiado optimistas".
Se argumenta que "ahora tienen buenas instituciones, pero hay que
ser cautelosos con lo que eso quiere decir. Hace 10 años se decía
que en Estados Unidos había buenas instituciones regulatorias,
buenas políticas macroeconómicas, y miren lo que ha pasado",
aseveró.
Por su parte, el secretario general de la AECID, Juan Pablo de
Laiglesia, recordó que "España dedica más del 40% de su
ayuda al desarrollo a América Latina" y anunció que en el próximo
año espera superar los US$1.000 millones.
"América Latina es, ha sido y será la prioridad de la ayuda de
España al desarrollo", dijo De Laiglesia, quien consideró que la
región "está mejor preparada que nunca para hacer frente a la
crisis, y saben que pueden contar con el apoyo, el acompañamiento y
la ayuda de la cooperación española".