Un cauteloso optimismo manifestó el Fondo Monetario Internacional en su último reporte del Panorama Económico Mundial (WEO, su sigla en inglés), pese a que recortó ligeramente sus proyecciones de crecimiento para la economía global. El FMI proyectó un crecimiento para el mundo de 3,6% este año y 3,9% el próximo, un recorte de una décima porcentual en ambos casos, respecto de su reporte de enero. Para Estados Unidos y las economías desarrolladas, en tanto, mantuvo sus pronósticos sin cambios.
El organismo prevé que el fortalecimiento de la actividad global registrado en los últimos meses de 2013 ha continuado y seguirá profundizándose en 2014 y 2015, impulsado por un repunte de las economías desarrolladas.
Los principales motores de este resurgimiento serán una reducción en el ajuste fiscal y la mejora en las condiciones de financiamiento, mientras que las políticas monetarias se mantienen fuertemente expansivas.
En EEUU el crecimiento anual volverá a subir por sobre su tendencia de largo plazo, mientras que en el núcleo de la eurozona se acercará a su nivel de tendencia, aunque en las economías más frágiles de la región, el crecimiento se mantendrá débil a medida que los elevados niveles de deuda y la fragmentación financiera contienen la demanda interna.
La baja inflación se mantiene como una de las principales preocupaciones para estos países, ya que refleja brechas en la competitividad de sus economías. Esto es particularmente notorio en el caso de la eurozona. “Con la inflación probablemente manteniéndose por debajo de la meta, las expectativas de inflación de largo plazo podrían tender a la baja, lo que haría caer aún más la inflación de lo que se espera ahora o posiblemente haya deflación si otros riesgos a la baja se materializan. El resultado serían tasas de interés real negativas que elevarían la carga de la deuda privada y pública, y una baja en la demanda y la producción”, advierte el reporte.
Volatilidad emergente
Los emergentes en tanto, han continuado perdiendo dinamismo, aunque la mejora en los desarrollados ayudará a compensar en algo el declive, a través de un incremento en la demanda externa. Los riesgos para estos países pasan por un regreso de los episodios de volatilidad financiera registrados en enero, provocados por la percepción entre los inversionistas sobre la debilidad en los fundamentales de estos mercados. Los países con mayores tasas de inflación y mayor déficit de cuenta corriente han sido los más afectados. “Ante la perspectiva de un posible cambio en la dirección de los flujos de capital, los riesgos relacionados con elevadas necesidades de financiamiento externo y depreciaciones desordenadas de las monedas son una preocupación”, dice el informe.
En general, las condiciones financieras se han seguido restringiendo para las economías emergentes. El mayor costo del capital va a actuar como un freno para las inversiones y va a pesar sobre el crecimiento.
Una abrupta normalización de la política monetaria en EEUU o un resurgimiento de la aversión al riesgo por parte de los inversionistas podría derivar en un regreso de la turbulencia financiera. “Esto llevaría a un difícil ajuste de las economías de mercados emergentes, con un riesgo de contagio y tensiones financieras de base amplia, y por lo tanto a un menor crecimiento”.
La proyección base del reporte asume que la entrada de flujos de capital hacia los emergentes se mantendrá más baja en 2014 que el año pasado, antes de recuperarse modestamente en 2015. Por eso “gran parte del aumento en los rendimientos de la deuda y caída en los precios de los activos será prolongada”, señala el WEO.
En el caso de China, el FMI mantuvo sin cambios su proyección de crecimiento para la segunda economía del planeta en 7,5%, en línea con la meta de Beijing. Pero este pronóstico asume que el gobierno tenga éxito en contener el rápido crecimiento del crédito. Algunos pasos alentadores ya se han tomado en este sentido.
La probabilidad de un “aterrizaje forzoso”, además, sigue siendo baja para el FMI, porque las autoridades tienen la capacidad de contener los daños a partir de problemas a gran escala relacionados con la calidad de los activos.
Pero eso no significa que no existan peligros. El crédito sigue creciendo rápido y la formación de capital fijo se mantiene como un ingrediente clave del crecimiento. Los riesgos asociados a problemas en los balances por la calidad de los activos en el sector financiero, han seguido aumentando. “Las autoridades podrían encontrar más difícil responder a medida que estos riesgos se siguen acumulando. En ese caso, un contagio al resto del mundo, incluyendo a través de los precios de los commodities, podría ser significativo”, advierte el Fondo.
La receta del FMI
La recuperación de la economía global se mantiene frágil y se requieren nuevas políticas para apoyar el dinamismo, recomendó el organismo.
En el mundo desarrollado, las autoridades deben evitar un retiro prematuro del estímulo. En Europa, en cambio, el FMI derechamente aconsejó al Banco Central Europeo más relajamiento monetario, incluyendo medidas no convencionales.
En esta región, el FMI ve avances en el fortalecimiento de los balances de los bancos, aunque señala que este proceso debe continuar, al igual que las reformas al sector financiero, como la Unión Bancaria.
Los mercados emergentes tendrán que afrontar una creciente turbulencia, y para ello el FMI recomienda mantener políticas de flexibilidad cambiaria, para absorber los shocks externos. “Si el nivel de reservas es adecuado, se pueden utilizar intervenciones cambiarias para moderar la volatilidad”. En las economías donde la inflación es alta o existen riesgos de que la depreciación cambiaria se traspase a la inflación subyacente, podría ser necesario un mayor endurecimiento monetario, dice el FMI.
Anticipándose a un deterioro en el escenario, los gobiernos deben tomar medidas rápidamente para reducir la deuda pública, ya que las necesidades de financiamiento actuarán como una fuente de vulnerabilidad.
Por último, el Fondo recomienda retomar la agenda de reformas estructurales, incluyendo invertir en mejorar la infraestructura pública y eliminar las barreras de entrada para mercados de productos y servicios.
Pronóstico para Chile fue recortado en casi un punto, la tercera mayor baja en la región
De poco le han servido a Chile los elogios a sus políticas macroeconómicas ya que el último reporte del FMI vuelve a poner al país entre los más afectados por un cambio en las condiciones del panorama global.
El FMI rebajó su pronóstico para el crecimiento de Chile a 3,6% en 2014 y 4,1% en 2015. Esto se compara con las tasas de expansión de 4,5% para este año que estaban contempladas en el informe de octubre, el último en incluir cifras para el país.
Este es el tercer recorte consecutivo que sufren las proyecciones para Chile desde abril de 2013, cuando pronosticaba una expansión de 4,6% para este año. Y el último ajuste de las cifras para Chile fue uno de los más abruptos, superado sólo por los de Argentina y Venezuela.
Pero, mientras la mayoría de la región vio rebajas en su panorama, Colombia, Ecuador, Paraguay y Bolivia, se desmarcan como los únicos vecinos del barrio que vieron sus perspectivas mejoradas. En el caso de México, en tanto, el pronóstico se mantuvo sin cambios con un crecimiento de 3,0% este año.
En el caso de Chile, el fundamento para el recorte está en el lado de la inversión. "Se proyecta que la actividad en Chile se va a moderar en alguna medida, porque el crecimiento de la inversión privada se está desacelerando marcadamente, incluyendo al sector de la minería", señala el FMI.
De todos modos, destaca el reporte, al igual que en el caso de Perú y Colombia, el consumo interno se mantendrá firme, apoyado por niveles de desempleo en mínimos históricos y sólidos incrementos en los salarios reales. Pese a ello, las presiones de precios se mantendrían contenidas".
Por otra parte, Chile aparece en el reporte como una de las economías más vulnerables a un posible escenario más negativo definido por el Fondo. Junto con Brasil y Venezuela, figuran como los únicos países que sufrirían una desviación "muy elevada" respecto de su escenario base, de más de 75 décimas porcentuales.
Líder en PIB per cápita
El deterioro del cuadro externo no sólo afecta las perspectivas para el PIB total del país. La última actualización de la base de datos del WEO refleja una fuerte caída en la proyección para el PIB per cápita, tanto a precios corrientes como ajustado por paridad de poder de compra.
En su reporte anterior de octubre, el Fondo pronosticaba que en esta última medición, Chile superaría el nivel de los US$ 25 mil en 2018. Ahora, el WEO prevé para ese año un PIB per cápita ajustado (PPC) de US$ 24.627. De todos modos, el país se mantiene como el líder regional en este indicador, con US$ 26.064 para 2019.
Batalla regional
Para la región como un todo el panorama tampoco es alentador. "El contagio positivo de la recuperación en las economías desarrolladas será anulado por el impacto de los menores precios de los commodities, condiciones de financiamiento más restrictivas, y limitaciones en el lado de la demanda", dice el reporte.
La batalla por liderazgo regional registró una nueva victoria para México, luego de que el FMI proyectara una sólida expansión de 3,0% para esta economía, mientras que recortó su pronóstico para Brasil en siete décimas porcentuales a 1,8%.
Su cercanía con EEUU, además de las reformas impulsadas por el gobierno, "auguran un aumento en el crecimiento potencial en el mediano plazo" para la economía azteca.
En Brasil, en cambio, la actividad se verá contenida por restricciones en el lado de la demanda y una continua debilidad en el crecimiento de la inversión privada, reflejando pérdida de competitividad y baja en la confianza de las empresas. La inflación, por otro lado, de mantendría en la parte alta del rango meta de las autoridades debido a una falta de excedentes de capacidad y el impacto de la depreciación cambiaria.