Un grupo de ejecutivos de algunas de
las mayores firmas financieras en Estados Unidos señaló hoy que la
crisis financiera que comenzó el pasado año "es la mas grave" desde
la posguerra, y recomiendan más disciplina y supervisión de algunas
prácticas de negocio.
El análisis de las causas que iniciaron las turbulencias
financieras en 2007, que se han prolongado hasta el presente, está
en un informe de 172 paginas que se divulgó hoy y que han preparado
destacados ejecutivos de Goldman Sachs, Lehman Brothers, Bank of
America, Citigroup y Morgan Stanley, entre otras entidades.
En una carta dirigida al secretario del Tesoro de EE.UU., Henry
Paulson, que abre el informe, los autores señalan que son múltiples
las causas y factores que han contribuido a esta crisis.
Resaltan, sin embargo, que la causa "de raíz" de los excesos de
los mercados financieros es un comportamiento humano colectivo que
tiende al "desenfrenado" optimismo cuando están en una fase alcista
y al temor, "bordeando el pánico", cuando cambia esa tendencia.
"Es prácticamente imposible anticipar cuándo el optimismo
ocasiona temor o cuándo el miedo ocasiona optimismo", afirman los
autores.
Los integrantes del Counterparty Risk Management Policy Group
(CRMPG), creado en abril para sugerir medidas que eviten en lo
posible futuros problemas en los mercados financieros, urgen a las
entidades a analizar sus políticas, sus prácticas y procedimientos
con base en las recomendaciones que hacen en el informe.
Señalan, además, que es necesaria una mayor disciplina individual
y colectiva y una disposición de las entidades a dejar de lado en
ocasiones intereses específicos a nivel individual, "en beneficio
del interés común".
Estos ejecutivos de Wall Street consideran que ello puede
requerir de las firmas financieras costosas inversiones en capital
humano y tecnología y cambiar prácticas de negocio que en el pasado
les aportaron sustanciosos ingresos, pero "a costa de debilitar los
pilares de los mercados".
Añaden, no obstante, que los costes de esas reformas "serán
minúsculos" comparados con los cientos de millones de dólares de
amortizaciones que las entidades han tenido que contabilizar en
meses recientes, además de las distorsiones económicas que ha
suscitado la crisis financiera.
Consideran que esas pérdidas por amortizaciones de activos
contabilizadas por entidades financieras, en EE.UU. y Europa sobre
todo, son de "asombrosas proporciones".
"Probablemente es justo decir que, a finales del verano de 2007,
prácticamente nadie de nosotros habría imaginado que, en julio de
2008, las amortizaciones en el sector financiero y las provisiones
por pérdidas se aproximarían a 500.000 millones de dólares", señala
el documento, que asegura que esa tendencia continúa.
Resaltan, no obstante, que algunas de las entidades afectadas por
la crisis disponían de unos recursos de capital relativamente
sólidos, y que muchas de ellas han podido lograr más liquidez en
meses recientes.
Los ejecutivos señalan que tanto en el sector privado como en el
público se reconoció de forma muy tardía que entre julio y agosto de
2007 se estaba en los albores de una crisis financiera de la
magnitud que luego se ha constatado.
Entre otras posibles explicaciones, aluden a la complejidad de
algunos instrumentos financieros y al desconocimiento del riesgo
real que entrañaban, lo que pilló a algunas entidades financieras
mundiales y a sus supervisores "con la guardia baja".
Señalan también que otras turbulencias que experimentaron los
mercados en los ocho o diez años anteriores se resolvieron con
perjuicios limitados y sin contagiar a otros sectores.
"Esas experiencias, sin duda, generaron un falso sentido de
confianza de que los problemas que emergían en el verano de 2007 se
resolverían por sí mismos y con escaso o nulos daños estructurales",
agregan.
Sus recomendaciones a las entidades se dirigen a que revisen con
frecuencia su gestión corporativa y que dispongan de capacidad para
evaluar con rapidez riesgos de activos y su posible exposición a
ellos, entre otras sugerencias.