La deuda de los hogares de Corea del Sur ha crecido rápidamente desde 2011, hasta posicionarse en el equivalente a 84,4% del PIB en el tercer trimestre de 2014. Las autoridades han sido incapaces de encontrar una solución efectiva al problema de deuda, que representa una amenaza a la estabilidad de largo plazo del sector financiero. La deuda se acumuló durante la crisis financiera global en 2008-2009, cuando el sector inmobiliario recibió un gran golpe. El desapalancamiento de los hogares será difícil, dado el contexto actual de débil crecimiento, caída del empleo y descenso de los salarios. Los esfuerzos recientes del gobierno para estimular el mercado de la vivienda relajando las regulaciones a los préstamos hipotecarios levantando las restricciones a las transacciones de viviendas, han provocado nuevos aumentos en la deuda.
El total de la deuda pendiente de los hogares (incluyendo créditos de instituciones financieras locales, del gobierno y otros activos extranjeros) se situó en US$ 1,1 billones (millones de millones) en el tercer trimestre de 2014, de acuerdo a cifras del Banco de Corea (BOK, la sigla en inglés del banco central de Corea del Sur).
Los préstamos bancarios a los hogares siguieron subiendo en el trimestre final de 2014; en octubre se produjo un aumento de US$ 5.700 millones en los créditos, el mayor desde que comenzó la serie de datos en 2003. Los créditos hipotecarios, que representan un 70% del total de los préstamos bancarios, crecieron 10% en el cuatro trimestre, a US$ 329 mil millones.
En tanto, el ratio de deuda de los hogares respecto de su ingreso disponible anual empeoró de 161% en 2013, a 165% en 2014. El BOK estima que el número de hogares que gastan más del 40% de sus ingresos disponibles en pagar deuda creció de US$ 1,6 millones en 2012, a US$ 2,34 millones a fines de 2014. Es más, el banco central encontró que el pago significativo de deuda es casi imposible para muchos de los hogares profundamente endeudados.
Las medidas de estímulo del gobierno, implementadas en agosto con el objetivo de apuntalar al sector inmobiliario, permite a las personas poner como colateral a las casas altamente hipotecadas. Hasta aquí, esto no ha provocado un aumento en la actividad del sector inmobiliario ni en el valor de las propiedades, sino que sólo ha servido para alimentar más la deuda, ya que gran parte del endeudamiento se ha utilizado para cubrir gastos de subsistencia, en lugar de facilitar un aumento en las ventas de casas.
Menores ganancias
En un ambiente de bajas tasas de interés y una deuda creciente, las ganancias de los bancos de Corea del Sur han estado bajo presión. Su margen de interés neto combinado, una medida clave de la rentabilidad de los bancos, ha caído a un mínimo histórico de 1,8% en 2014, de acuerdo a cifras del servicio supervisor financiero, el regulador del sistema financiero surcoreano.
El retorno en activo de los bancos fue de 0,3% en 2014, marginalmente por encima del rendimiento de 2013, de 0,2%, pero muy por debajo del promedio de 0,8% entre 2003 y 2009. A pesar de la caída en las ganancias, el balance del sector bancario doméstico parece relativamente saludable ya que la proporción de préstamos morosos en el total de préstamos pendientes se situó en 0,5% en 2014. Sin embargo, dado el ritmo de crecimiento de la deuda de los hogares, es sólo cuestión de tiempo antes de que los default comiencen a ascender, con un efecto desestabilizador en el sistema financiero.
Las soluciones del gobierno
La solución del gobierno para reducir los riesgos sistémicos en el sector financiero ha sido diseñar un reequilibrio en la cartera crediticia del sistema bancario, desde préstamos a corto plazo de tasa variable a préstamos de tasa fija a largo plazo. Sin embargo, el éxito de esta estrategia ha sido limitada ya que los préstamos a corto plazo, que son más vulnerables a un default, siguen representando cerca del 80% de los préstamos pendientes. Además, la política está reduciendo el margen de ganancias del sector bancario, limitando su capacidad de préstamo.
El gobierno está buscando aumentar la oferta de viviendas en arriendo persuadiendo a las grandes constructoras de aumentar la construcción de departamentos para alquiler. El mercado de viviendas de Corea del Sur se caracteriza por un sistema de arrendamiento llamado Jeonse, bajo el cual los propietarios exigen a sus inquilinos el pago adelantando de entre el 50% y 80% del precio de la propiedad al firmar un contrato de arriendo.
Esto se suma a la complejidad del problema de la deuda hipotecaria del país, ya que el sistema sólo trabajó bien durante períodos de apreciación del precio de las viviendas y altas tasas de interés, cuando los inquilinos estaban más inclinados a ahorrar para el pago de sus depósitos en lugar de acumular deuda que la pagara por ellos.
La clave para el desapalancamiento de los hogares surcoreanos se encuentra en revitalizar el sector inmobiliario. Pero el enfoque del gobierno para esto ha tenido poco éxito. El pronóstico de la EIU es que el PIB real crecerá 3,6% este año, con estímulos fiscales y un repunte moderado de las exportaciones. Esto está por debajo del promedio de 5,1% de crecimiento experimentado durante entre los años 2000 y 2008.
Es más, el crecimiento económico mundial se proyecta moderado este año, a 3,7%, y podría declinar más aún si las condiciones se deterioran. Como consecuencia, las probabilidades de una mejora significativa en los niveles de deuda parecen escasas.