El reciente acuerdo de tregua en el este de Ucrania no ha evitado brotes de enfrentamientos esporádicos. Seguimos pensando que Rusia ve como el mejor escenario que se congele el conflicto, lo que significa que no realizará acciones serias hacia el establecimiento de un acuerdo completo y duradero. Pese a esto, creemos que las sanciones de la Unión Europea a Rusia se reducirán sustancialmente cuando deban ser renovadas a mediados de 2015, debido a la necesidad de unanimidad entre los 28 Estados miembros, lo que será más difícil de conseguir después de otro año de crecimiento débil o negativo para muchos. Sin embargo, hay inusuales altos riesgos a esta visión, dada la probabilidad de que la situación en terreno no se haya alterado significativamente para mediados de 2015, y dado el fuerte apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, a las medidas existentes contra Rusia.
Actualmente, nuestros pronósticos para las economías más abiertas de Europa reflejan las expectativas de un rebote en los volúmenes de comercio regionales una vez que se levanten las sanciones. Si esto no se materializa, nuestro pronóstico de 2016 para Alemania, Holanda y muchos países de Europa del este y central serán probablemente revisados a la baja.
Ya ha pasado un mes desde que se alcanzó el acuerdo de cese al fuego y se firmó un plan de paz de doce puntos entre el gobierno ucraniano y las milicias pro rusas en Minsk, la capital de Bielorrusia. El acuerdo ha logrado reducir la intensidad del conflicto, pero los enfrentamientos se mantienen en varias áreas, concentradas en los alrededores del aeropuerto de Donetsk y la ciudad portuaria de Mariupol.
También ha habido un ligero cambio de estrategia de Rusia hacia Ucrania y Occidente. La retórica de los medios de comunicación rusos se ha moderado. A fines de septiembre, Sergei Lavrov, el ministro ruso de Relaciones Exteriores, dijo que la situación en el este de Ucrania ha mejorado desde la tregua, y pidió un "reinicio 2.0" en las relaciones con Estados Unidos. El gobierno también ha echado pié atrás en algunas medidas que aislarían aún más al país de Occidente, como prohibir los vuelos de aerolíneas europeas y estadounidenses.
Sin embargo, la probabilidad de que el acuerdo de cese al fuego evolucione en un acuerdo político más permanente en el este de Ucrania es muy baja. El plan de paz no ha creado un marco político dentro del cual el gobierno ucraniano y los rebeldes estén dispuestos a trabajar.
¿Un nuevo Transdniestr?
Las políticas de Rusia han sido exitosas en desestabilizar a Ucrania. Sin embargo, también han unido a la mayor parte de la población ucraniana en su contra y han fortalecido las aspiraciones europeas de la clase política. Como resultado del conflicto, el único mecanismo que tiene el gobierno ruso para influenciar la política ucraniana es la coerción. Por lo tanto, es probable que Rusia aspire a una tregua inestable o "conflicto congelado" en el mejor escenario para asegurar su objetivo de largo plazo: evitar que Ucrania se consolide como un Estado pro occidental fuerte.
La visión de Rusia es que Donetsk y Luhansk se desarrollen en líneas similares a Transdniestr, la región separatista de Moldavia, cuyos líderes de facto se niegan a reconocer la autoridad del gobierno central y están comprometidos económicamente con Rusia.
Impacto de las sanciones
Creemos que el gobierno ruso está en lo correcto al dudar de la determinación de la UE. Esperamos que las sanciones económicas se mantengan a su actual nivel hasta su fecha de término a fines de julio de 2015, y que luego se reduzcan. El factor clave que apuntala nuestro pronóstico es de procedimiento. Hasta julio del próximo año se requiere unanimidad de los Estados miembros de la UE para revocar las sanciones. Por dos razones clave esperamos que sea significativamente más difícil alcanzarlo por segunda vez en diez meses más.
Primero, el ambiente macroeconómico de la UE -y la zona euro en particular- será más desafiante a mediados de 2015 que a mediados de 2014. Muchos Estados miembros habrán tenido cuatro trimestres de crecimiento débil y elevada incertidumbre económica: esperamos un crecimiento del PIB real de 1% o menos el próximo año en varios países, incluyendo Francia, Italia, Holanda, Portugal y Chipre. Las sanciones no son responsables por toda la debilidad actual de Europa, pero dejarlas expirar calladamente removería al menos una nube negra del horizonte económico. Esto es cierto para las naciones de Europa del este y central, pero también aplica a Alemania.
El segundo factor es la ambigüedad política de la situación en Ucrania. En nuestra visión, el derribamiento del vuelo MH17 fue fundamental para la aprobación de sanciones por parte de la UE. Fue un evento único en que cientos de ciudadanos europeos perdieron sus vidas. Pese a que la posibilidad de un evento similar no puede descartarse del todo, si un conflicto congelado se convierte en el status quo entre ahora y mediados de 2015, será muchos más fácil para quienes se oponen a las sanciones presentarlo como un progreso hacia la normalización, lo que permitiría levantar o reducir las sanciones.