A un mes de tomar el control por medio de un golpe militar, el Consejo Nacional por la Paz y el Orden de Tailandia (NCPO, la junta) está haciendo sentir su influencia en distintas facetas de la economía.
También se está involucrando en algo similar a una restauración cultural del país, erradicando la influencia de Thaksin Shinawatra, ex líder populista.
No obstante, hay un sentimiento creciente de que la junta y su líder, el general Prayuth Chan-ocha, están abarcando demasiado, y que el ritmo de toma de decisiones podría desacelerarse de forma marcada luego de un frenesí inicial de actividad.
El NCPO comenzó con fuerza después de tomar el poder el 22 de mayo. Rápidamente promulgó un presupuesto para avanzar en funciones administrativas luego de seis meses de inactividad política bajo la administración interina. También distribuyó a los agricultores US$ 2.700 millones que se les debía bajo el programa de subsidio de arroz del gobierno anterior.
Los mercados financieros dieron la bienvenida a la nueva dirección, con el índice bursátil de Tailandia y la moneda ganando terreno inmediatamente después del golpe. Algunos líderes empresariales extranjeros aplaudieron al general Prayuth durante una audiencia con el nuevo dictador para restaurar algún sentido de normalidad al país luego de una serie de protestas desestabilizadoras y perturbadoras en las calles.
No obstante, la junta y el general Prayuth en particular, podrían estar haciéndose cargo de muchas funciones del gobierno, resultando en largos retrasos para decidir cuáles de las estrategias de la administración previa hay que mantener y cuáles nuevas hay que introducir. Entre otras cosas, el general Prayuth se ha nombrado a sí mismo como jefe de la Junta de Inversiones. El 19 de junio Prayuth también se dio a sí mismo la responsabilidad de supervisar la administración de una insurgencia prolongada en las provincias predominantemente musulmanas del sur de Tailandia, que ha cobrado la vida de 6.000 personas en la última década.
Mientras tanto, una serie de tropiezos también está creando la impresión de que el nuevo líder es propenso a los errores. Los esfuerzos de la junta por competir con el atractivo popular de Thaksin, hasta ahora, han incluido transmitir los partidos de la Copa del Mundo gratis en los canales de televisión. Sin embargo, la estrategia para transmitir los 64 partidos de la Copa del Mundo gratis ha dejado a los dueños de los derechos con pérdidas cercanas a US$ 10 millones en ingresos publicitarios.
Tal como después del golpe en 2006, los generales de Tailandia están dándose cuenta que gobernar una compleja, y globalmente integrada economía está lejos de ser fácil. En los próximos meses, el ritmo de las nuevas iniciativas introducidas por la junta probablemente se desacelerará. También hay crecientes indicadores de que cuando el Ejército nombre una administración interina, el general Prayuth podría asignarse a sí mismo como primer ministro para continuar su fuerte control sobre la economía y reformar el sistema político del país.