Las autoridades de la FIFA han dado señales mixtas sobre si Qatar seguirá siendo o no el país anfitrión de la Copa Mundial de Fútbol en 2022. Tras dos años de investigación de las acusaciones de corrupción sobre la elección de Qatar como sede del torneo, los resultados debían haberse revelado en septiembre, pero el anuncio se retrasó a una fecha por definir. Afortunadamente para el pequeño emirato, la gran riqueza en hidrocarburos acumulada durante décadas será capaz de absorber cualquier impacto que provoque la pérdida del derecho a ser sede del torneo. Está en juego, sin embargo, la confianza de los inversionistas en la transparencia de las prácticas empresariales en Qatar.
El Comité Supremo de Entrega y Legado de Qatar, responsable de la organización del evento, niega las acusaciones. Sin embargo, estas podrían provocar que se repita la votación para decidir la sede del Mundial. Si Qatar pierde la oportunidad de ser anfitrión, el gasto en los proyectos relacionados se podría reducir, pero sin detener los planes de desarrollo de infraestructura. Aunque la mayor parte de la inversión, más de US$ 200 mil millones, se ha acelerado para la preparación del Mundial, el desarrollo del plan National Vision 2030 continúa como anteproyecto. Las autoridades podrían reducir el gasto en proyectos como hoteles y estadios, lo que moderaría el crecimiento real del Producto Interno Bruto desde nuestro actual pronóstico de un promedio anual cercano a 6,1% entre 2014-2018.
Posibles implicancias
Sin embargo, dejar de ser sede del evento también podría provocar efectos positivos. Un menor gasto podría aliviar la presión inflacionaria derivada del auge del mercado inmobiliario causado por la rápida afluencia de mano de obra extranjera para completar los proyectos del Mundial. En julio, los sectores inmobiliario y construcción suponían juntos un 20,6% del crédito doméstico, cifra cercana sólo a la del sector público, que normalmente demanda más de un tercio del total. Como resultado del alto gasto y de la abundante liquidez, el pronóstico de la Economist Intelligence Unit es que la inflación de precios al consumidor escale de 3,2% en 2014 a 5,3% en 2018.
Además, una menor exposición de los bancos locales a los sectores inmobiliario y construcción podría reducir el riesgo de deterioro de activos en el sector bancario. El creciente ratio ganancias/depósito (LDR, su sigla en inglés) permaneció a un nivel elevado de 105,5% en julio, aunque sigue estando muy por debajo del máximo de 124% alcanzado en abril de 2012. El objetivo a largo plazo del banco central de Qatar es que el LDR caiga a 90%, lo que sólo será posible después de que se complete el programa de desarrollo de infraestructura. En tanto, esperamos que el LDR continúe subiendo con la ejecución de la infraestructura relacionada con el evento, a menos que las autoridades locales opten por reprogramar o retrasar algunos proyectos. En caso de no ser sede del evento, el balance fiscal podría fortalecerse en el corto plazo como resultado del menor gasto de capital. De acuerdo a los datos preliminares del Ministerio de Finanzas, los gastos han sobrepasado lo presupuestado en un 10% para el año fiscal 2013/14 (abril-marzo) en la medida que se impulsó la finalización de proyectos que son parte del evento deportivo y del National Vision 2030.
En tanto, el presupuesto para 2014/15 prevé un aumento de 16% en el gasto de capital a 87.500 millones de riales (US$ 24.000 millones). El FMI advirtió en marzo que Qatar enfrentaría el riesgo de los sobrecostos como consecuencia del compromiso de realizar un gran número de proyectos en un plazo muy ajustado. Asumiendo que Qatar siga como anfitrión del torneo, esperamos que el excedente fiscal se desplome desde el 10,8% del PIB en 2014 a un 3,2% en 2018, como resultado de la combinación de un elevado gasto con la caída de los precios del petróleo y gas.
Confianza de los inversionistas
Si las acusaciones de corrupción son probadas, la confianza de los inversionistas en la transparencia de las operaciones entre el gobierno y contratistas privados podría verse afectada. Esto es negativo para el esfuerzo que las autoridades locales han realizado por mantener la imagen de Qatar como nación progresista en una región donde las prácticas corruptas están extendidas.
Más importante aún, podría debilitar los esfuerzos tendientes a convertir al país en un polo de inversión extranjera. En mayo, Morgan Stanley Capital Internacional Indexes recalificó a Qatar como "mercado emergente", elevando su categoría desde "mercado frontera", como resultado de la importante liberalización económica. Pero la clasificación depende de la estabilidad del marco institucional, algo que se cuestionaría si se le retira el derecho a ser anfitrión del evento.