La campaña anticorrupción que se puso en marcha luego de que Xi Jinping emergiera como líder del Partido Comunista Chino (PCC) a fines de 2012 no muestra signos de terminar pronto. Xi está cumpliendo con la promesa de que daría de baja a funcionarios, pero hay persistentes preocupaciones sobre el impacto económico que podría tener un golpe anticorrupción. Aún más, a medida que un creciente número de líderes de alto rango están siendo atrapados, la campaña se está acercando a las figuras más prominentes del partido, poniendo en riesgo la unidad del PCC.
En el pasado, los líderes chinos han usado las campañas anticorrupción para erradicar a sus oponentes e instalar aliados. La actual campaña parece ir más allá, sugiriendo que Xi y los líderes senior del partido genuinamente ven que el nivel de actividad ilícita entre funcionarios está poniendo en riesgo el liderazgo del PCC. Sin embargo, el alto número de funcionarios investigados (hay cientos están implicados) debería darle perspectiva a Xi para elevar un número inusual de adeptos a altos cargos. Se están abriendo cupos de alto rango en administraciones provinciales, la agencia estatal de noticias Xinhua, las compañías energéticas estatales y el Ministerio de Ordenación Territorial y Recursos. Estas agencias han estado bajo especial escrutinio durante la ronda de investigaciones de la Comisión Central para la Inspección Disciplinaria (CCD, su sigla en inglés).
Impacto económico
La campaña está diseñada para reducir las tensiones sociales y políticas que han surgido de la riqueza creciente que la estructura del PCC ha construido a partir de abuso en sus cargos. Por lo tanto, debería producir beneficios económicos a través de la reducción de la apropiación de rentas y la mejora de la distribución de recursos. Sin embargo, en el corto plazo también puede tener un costo económico.
Los funcionarios han recortado el gasto en entretenimientos “extravagantes” y regalos, con consecuencias negativas en los sectores de los bienes de lujo, hotelería y catering. Existen algunos burócratas que han sido reacios a implementar grandes proyectos por miedo a una potencial investigación. Mientras tanto, el caos creado por la campaña está interrumpiendo el funcionamiento normal de la administración.
Los sectores de la economía dominados por las grandes empresas estatales han experimentado la peor interrupción. Los sectores de petróleo y carbón, al igual que la compañía estatal de telecomunicaciones China Mobile, han visto muchos despidos de funcionarios senior, y una reciente ronda de investigaciones de funcionarios ligados a la Administración Nacional de Energía ha tenido impacto en el sector energético.
Sin embargo, no todos los efectos secundarios serán negativos. El despido de funcionarios con intereses particulares podría acelerar las reformas dentro de las firmas estatales. Más aún, el hecho de que el reciente “mini estímulo” del gobierno para impulsar el gasto efuera expedito, sugiere que a nivel nacional la campaña no está impidiendo la implementación de proyectos públicos.