El presidente electo de Uruguay Tabaré Vázquez del gobernante Frente Amplio (FA), enfrentará una serie de desafíos cuando asuma el poder en marzo. Estos incluyen satisfacer las demandas de mejor seguridad, implementar nuevos programas sociales, abordar problemas con el sistema nacional de salud y hacerse cargo de dos grandes temas pendientes dejados por el actual mandatario, José Mujica: una reforma educacional y la modernización de la deteriorada infraestructura de vías férreas y carreteras que sufre por la falta de mantención e inversión.
Abordar estos temas –particularmente en el caso de la reforma educacional–, requerirá un sólido liderazgo político, pero también exigirá grandes inversiones y el próximo plan presupuestario de cinco años que será presentado por el nuevo gobierno en 2015 será vital para determinar la dirección de la administración de Vázquez.
La selección de Vázquez del actual vicepresidente Danilo Astori como el ministro de Economía y Finanzas es un buen augurio de la continuidad de un mezcla de política que une medidas pro-empresariales con un énfasis en el desarrollo social, una combinación que fue introducida por Vázquez y Astori (ministro de Economía en el primer período de Vázquez) en 2005, que produjo una década de rápido crecimiento luego de la crisis económica del país en 2002 y 2003. Sin embargo, la perspectiva de crecimiento a mediano plazo es ahora menos segura, con el auge de las materias primas llegando a su fin, y se espera que Astori implemente una política de gasto más controlada y una disciplina fiscal más estricta que la administración de Mujica. Una de las mayores críticas del gobierno durante la campaña presidencial fue la reciente y constante alza del déficit fiscal a 3,2% del PIB en los doce meses a octubre.
El plan quinquenal
Si bien Astori ha afirmado que un gran ajuste fiscal es innecesario, un presupuesto más cauteloso parece probable. Esto podría enfrentarlo con el "Grupo de los 8", una alianza conformada por ocho autodenominadas facciones izquierdistas que ha ganado más poder en el Congreso. El grupo obtuvo el mayor porcentaje de los votos del FA (61%) en la elección general de octubre.
En este contexto, la ley presupuestaria quinquenal que está programada para ser aprobada en 2015 estará sujeta a un fuerte debate interno entre las facciones rivales del FA. Aún está por verse si es que Astori puede oponerse a las demandas del Grupo de los 8. Si el crecimiento económico no se acelera o las alzas en el desempleo y la inflación no son frenadas, la hegemonía de Astori en la arena de política económica podría ser amenazada.
Incluso sin las demandas del Grupo de los 8, Astori tendrá una dura tarea de presentar un presupuesto austero y al mismo cumplir con las demandas salariales del sector público y las promesas de campaña, en particular la provisión de fondos equivalentes a 6% del PIB para la educación pública y la implementación del sistema nacional de cuidado de niños, discapacitados y ancianos que costaría cerca de US$ 45 millones en su primer año y alcanzaría US$ 222 millones por año a 2020. Aunque Astori asegura que el gobierno no creará nuevos impuestos o elevar la carga tributaria, podría tener que financiar los nuevos programas a través de deuda gubernamental, mayores tarifas de servicios públicos o mayor inflación.
Rol clave de Mujica
Vázquez ha advertido que no permitirá que dos equipos económicos rivales operen en su administración (como fue el caso bajo Mujica) y presentó un gabinete casi inmediatamente después de la elección, diseñado para ayudarle a seguir adelante con su agenda con mínimo disenso. Sin embargo, el presidente electo tendrá que coexistir con Mujica, una gran figura política de la centro-izquierda que rara vez se mantiene callado y que tendrá un puesto en el Senado en marzo.
En estas circunstancias, el vicepresidente electo, Raúl Sendic, una estrella en alza del FA, podría jugar un rol clave en asegurar relaciones calmadas entre el Ejecutivo y el Congreso. Sendic será presidente del Senado por cinco años y su postura será importante en garantizar la aprobación de reformas cruciales que dependerán de la disciplina de votación dentro de la coalición del FA en el Congreso. Sendic, hijo del famoso líder de la guerrilla Tupamaro, está más a la izquierda que Astori.
En este sentido, y considerando la presión del Grupo de los 8, un cambio sutil hacia la izquierda en la política económica se mantiene posible en el segundo período de Vázquez. Sin embargo, Vázquez seguirá con ganas de asegurar que cualquier diferencia política no se desarrolle de manera tan pública y disruptiva como ha sido durante la administración de Mujica.